

josé cercas
Martes, 9 de agosto 2022, 08:46
Salir a la calle, recorrer la vida y danzar en las oscuras tempestades del recuerdo. Así la existencia nos da su sabor amargo y la voluntad que la experiencia nos regala con los años. Nos exponemos a diario a todo lo que significa reír y llorar, envejecemos según avanzamos. La energía nos cubre, a la usanza del tiempo que vivimos, de ropas y modales. Estamos expuestos a todo, incluso a amar en los veranos abiertos que invadimos.
La noche se viste de luces, colores en las alturas y la alegría de la música por todos lados. La amistad evoluciona en esta plaza que abrigará, por unos días, nuestras horas de asueto veraniego. Estamos en fiestas y nos regocijamos en ello. La voluntad de seguir adelante, la certera vocación de, por un momento, olvidarnos de todo lo que ocurre a nuestro alrededor. El reloj del ayuntamiento dando las horas. Seguimos el camino del verano. Es nuestra voluntad amar la vida y así la seducimos según el camino que nos lleva.
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