También son valientes

Esta mañana, como la mayoría de los días al levantarme, miré el calendario y vi que un mes más ha pasado. Ya son varios meses los que llevamos confinados debido a este maldito virus, que sin saber ni cómo ni cuándo, se ha quedado a vivir entre nosotros, llevándose a un número considerable de personas por delante y no pocas contagiadas. Sin duda, una vez más, hay que destacar el esfuerzo de sanitarios, fuerzas de seguridad, transportistas, agricultores, ganaderos, trabajadores de alimentación, farmacéuticos, personal de limpieza y un sinfín que no quisiera olvidarme de ellos porque, gracias precisamente a ellos, hemos podido soportar estos meses.

VALIENTES y así se los llaman. Son las personas que muestran valor ante una hazaña. ¡Qué mayor hazaña que la que hemos tenido que soportar y estamos soportando en este día a día!

En esta ocasión me quiero referir a las madres y a los padres, que han tenido que luchar dentro de sus casas con sus quehaceres diarios, además de teletrabajando y, por si eso fuera poco, intentando ayudar a sus pequeños y no tan pequeños, en sus tareas para continuar el curso escolar. Creo que no ha sido nada fácil para la mayoría de ellos. Mi reconocimiento. En esta crisis, también ellas y ellos son unos valientes.

En su época, con un lápiz, una goma y un cuaderno, aprendieron lo que les servía para manejarse en la vida. Hoy es muy diferente y quizá eso ya no sirva. Las nuevas tecnologías han invadido nuestra vida y no siempre se tienen los medios suficientes. Además, en muchos casos, no se está preparado para ello.

A pesar de las dificultades y son muchas en diferentes ámbitos, mi mensaje es que no podemos mirar atrás, ni para coger impulso. Siempre hay que tirar hacia adelante, aunque se nos avecinen tiempos difíciles. Tenemos que intentar sortear los obstáculos que se interpongan en nuestro camino.

Creo que hemos vivido muy a la ligera y esta COVID-19 nos ha servido para recapacitar. A partir de ahora, creo que podemos hacer un mundo mejor, un mundo más sociable. Creo que podemos tratar mejor la naturaleza, dialogar más en familia, ser más solidarios, en definitiva, ser mejores personas. De todo eso, dependerá que nuestras vidas sean más humanas. Y digo bien, más humanas, porque nuestras vidas no pueden depender de cosas volátiles, de aspectos superfluos, del consumo y de siempre querer más. Atendamos más a la persona que tenemos a nuestro lado, al prójimo, que es nuestra mayor riqueza.

Pongamos los medios, de nosotros depende. Mientras tanto, hagamos caso a nuestras autoridades sanitarias, guardemos las distancias de seguridad, usemos las mascarillas y normas de higiene.

POR TI, POR MI, POR TODOS.