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María Victoria Pablos Lamas
Reflexiones desde la ventana

Tocando fondo, esperemos

«Movilicemos la intención, la confianza, y las ganas de poner un nuevo rumbo... Activemos el ánimo para avivar la constancia y la retroalimentación firme, la de todos»

MARÍA VICTORIA PABLOS LAMAS

Viernes, 12 de marzo 2021, 06:58

Paso tras paso, bandazo tras resbalón estamos de nuevo a mediados de marzo. Nadie pensó que doce meses después de aquel comienzo íbamos a estar así: contabilizando 100.000 pérdidas humanas sólo en España (aunque las cifras oficiales den 80.000).

Ninguno de nosotros intuía que este año; ni sencillo, ni calmado, ni deseado, ni fácil... sería inolvidable, pero, en cariz de pesadilla. 11.000 personas han fallecido durante el pasado mes de febrero. Duele muy profundo y llueve sobre mojado (sentimos un desgaste que ya nos afecta demasiado).

¡Nos queda tanto por recuperar!

Este modo de pandemia nos ha robado conquistas vitales, básicas, saludables... Las familias. Los amigos. Las celebraciones. La espontaneidad. Los actos culturales y deportivos. La vida en libertad sana dentro, pero, sobre todo fuera de nuestra casa. Las despedidas necesarias. El amor de exploración. Los niños, sus carencias emocionales sin juego social. Los abrazos y gestos de cariño hacia los mayores. Viajar. Planificar. Sentirnos a salvo. La salud física y mucha parte de la salud mental. Muchos puestos de trabajo. También faltan mucho los seguimientos médicos ordinarios de especialidades...

Este tiempo incomprensible nos ha exterminado mucha PAZ, mucho sueño... Si el pluviómetro hubiera registrado lágrimas, hubiéramos creado un extenso mar salado... Pero dentro de nosotros existe un maravilloso impulso vital, que aún aletargado confuso y pequeño, no ha desaparecido y pugna por activarnos desde lo más profundo.

Somos una semilla quebrada. Las lágrimas nos han grabado surcos por dentro. Aunque nos pesa mucho el cansancio, doblegamos el desánimo con muchísimo esfuerzo.

Vemos... bastante lejano el final de todo esto. Nadie pudo imaginarlo tan raro, tan doloroso y largo.

Paso tras paso, bandazo tras resbalón tenemos que salir de este cisma. Movilicemos la intención, la confianza, y las ganas de poner un nuevo rumbo... Activemos el ánimo para avivar la constancia y la retroalimentación firme, la de todos.

Hagamos de la tristeza el combustible. Hagamos de las lágrimas una enorme primavera. Miremos al campo y recibamos su fuerza... No correremos, pero, ya hemos empezado a movernos. Volverá el sol y también sentiremos que será un poquito más fácil.

Ay primavera... Las cicatrices enseñan y las caricias también.

Mario Benedetti dijo: «Que llegue quien tenga que llegar, que se vaya quien se tenga que ir, que duela lo que tenga que doler… que pase lo que tenga que pasar».

Que llegue una nueva primavera... que podamos albergar la sólida esperanza de que avanzamos, que llegue para traernos suspiros y abrazos... Que sea real el paso que volvemos a dar juntos.

Como siempre, dedicado a todos los que al leer sonríen. Dedicado con sinceridad a cada uno de los fallecidos o duramente afectados por este maldito Covid Sars (a sus familiares y a sus amigos). ¡Va por ti, Maestro Kin Paredes! compañero infatigable de realidades y de sueños. También se lo dedico a nuestros alumnos que leen y releen.

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