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Beatriz Cabrera, docente del Aula de Adultos de Trujillo
Reflexiones desde la ventana

¿La teleformación ha llegado para quedarse?

«La desescalada deja en puntos suspensivos muchas medidas que han de ir tomándose en materia de educación»

Beatriz cabrera portillo

Domingo, 10 de mayo 2020, 10:00

¿Teleformación en la enseñanza ordinaria? Hasta hace tan solo un par de meses ese concepto era prácticamente un 'alien' para muchos y una utopía educativa, si me apuras, digna de cualquier película apocalíptica norteamericana.

Sin embargo, al igual que otros términos lingüísticos que parece que se han acuñado recientemente y que son repetidos hasta la saciedad, el 'e-learning' ha entrado sin pedir permiso en nuestras vidas, especialmente en la del colectivo docente, un colectivo acostumbrado a la constante actualización ante los inevitables cambios de una sociedad en constante transformación.

Y llega el 12 de marzo de 2020, jueves. Una circular nos informa de que las clases se van a cancelar durante una quincena. Empiezan las preguntas. La incertidumbre se apodera del alumnado y de los profesores. «¿Y ahora qué?» O mejor… «¿Cómo?», «¿Cómo vamos a seguir impartiendo los contenidos?» «¡Estamos en pleno segundo cuatrimestre y queda mucha materia por impartir!» Nadie, absolutamente nadie en el Aula de Adultos de Trujillo, conocía el alcance de aquella medida que se ha postergado hasta nueva fecha.

Ante tal circunstancia, empezamos a ponernos manos a la obra tanto alumnos como profesores. La tarea no ha sido fácil. Hemos de recordar que, a pesar de que nos hallamos en la era de la comunicación y de los 'nativos digitales', la brecha digital existente tanto para enseñantes como discentes es incuestionable y la inesperada aparición de esta pandemia se ha encargado de dejarlo patente. Por ello, recurriendo a la buena voluntad del binomio alumno-profesor, el autodidactismo gracias a cientos de tutoriales que circulan por Internet y unas excelentes píldoras formativas ofrecidas por distintas entidades educativas, han ayudado a afrontar este nuevo reto.

Y, además del rodillo para amasar pan, ¿cuáles son nuestros fieles compañeros estos días? Rayuela, correos electrónicos, eScholarium, videoconferencias y unas buenas dosis de Whatsapps que no solo resuelvan dudas puramente académicas, sino que sirvan casi de diván de consulta psicológica y ofrezcan el apoyo moral tan necesario en estos extraños días. Son malos tiempos para la falta de empatía…

Esos desafíos traen consigo grandes resultados. En el Aula de Adultos de Trujillo, pese a que el alumnado no es precisamente nativo digital, no hemos parado. Seguimos con nuestros programas de radio, estamos aprendiendo fonética inglesa a través de vídeos y practicando incluso coreografías de sonidos, hablamos en castúo para hacer un merecido homenaje a nuestros mayores, nos atrevemos con 'tongue twisters' en inglés, seguimos aprendiendo con el 'visual thinking' e incluso comenzamos a investigar sobre la bella villa de 'Turgalium' para diseñar un audiocuento integrado en un cómic que nos presente su historia, su patrimonio y sus fiestas.

Los profesores, tenemos ante nosotros nuevas y apasionantes (¿por qué no?) apuestas. Ahora, entre nuevas propuestas de ley y polémicas varias sobre la inminente incorporación o no de la comunidad educativa a los centros, es también momento de reflexionar: esperemos que si esta crisis tiene el poder de transformar a la actual sociedad de la prisa, también ayude a zanjar los añejos tópicos de «¡qué bien viven los maestros!», dicho con cierta sorna aludiendo al número de días que gozan de vacaciones, pero olvidando que la mayoría somos profesores 24 horas cada día de la semana, los 365 días del año.

Dicho lo cual, la desescalada deja en puntos suspensivos muchas medidas que han de ir tomándose en materia de educación, pero lo que sí está claro es que si el COVID vino para quedarse, como apuntan los especialistas médicos, la teleformación también.

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