Los talleres muestran a los menores cómo se elabora un queso fresco

Para la realización de este tipo de talleres se utiliza leche pasteurizada. A partir de ahí, se echa calcio y cuajo y, casi por arte de magia, se convierte en un queso fresco, que se pueden llevar a casa. Fernández detalla que todos los participantes se ponen sus batas, calzas y gorro, como si fueran auténticos queseros. Insiste en que así se demuestra que este producto agroalimentario no sale de las estanterías de una gran superficie. Todo ello va unido a las oportunas explicaciones. No tiene dudas de que es una actividad muy didáctica. Además, se lleva a cabo con las correspondientes medidas higienicosantiarias. Por tanto, cada asistente se puede comer su queso.

Ya se llevó a cabo un taller el pasado jueves, con una buena aceptación y hoy se volverá a realizar a las 13.00 horas