La solidaridad de las costureras sigue activa
voluntarias ·
El grupo 'Desde casa contra el coronavirus' continúa ayudando a familias y a religiosas con la compra de alimentosHace ya un año. Fue el inicio de la pandemia, del confinamiento, del aumento de enfermos por la covid y de la necesidad de material sanitario. Tanta mala noticia en el mes de marzo generó una ola de solidaridad en la ciudad trujillana, con el fin de mitigar algunas de las carencias existentes en ese momento, tanto en el municipio, como en otros lugares.
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A partir de ahí, surgieron iniciativas individuales y propuestas grupales, como las agrupaciones de costureras, que trabajaron de forma desinteresada desde sus hogares para un bien común.
Una de esas formaciones fue 'Desde casa contra el coronavirus', que todavía sigue activa. Congregó a cerca de 50 costureras, además de diferentes voluntarios. Este grupo nació en marzo raíz de la petición del Ayuntamiento para hacer batas para el Centro de Alta Resolución de Trujillo. Estuvo a pleno rendimiento hasta mayo, con la realización de 1.700 batas y 13.000 mascarillas repartidas a centros sanitarios, hospitales y residencias de mayores. Con la mejoría de la situación sanitaria, paró su producción. A pesar de ello, estas voluntarias no han perdido el contacto a través de whatsapp. Además, mantienen la actividad solidaria, eso sí, ahora, de diferente forma.
Inversión
Su coordinadora, Nuria Melo, recuerda que, durante el confinamiento, reunieron unos 12.000 euros gracias a donaciones tanto de particulares, como de entidades, para la compra de material para poder elaborar los elementos de protección demandados. La mayoría de ese dinero se invirtió, pero no todo. «Cuando paramos de coser, quedaban unos 1.200 euros», explica Melo.
Ese dinero, a lo largo de estos meses, ha servido para ayudar tanto a familias con pocos recursos, como a diferentes congregaciones religiosas. Principalmente, se ha comprado productos frescos. «Entre las integrantes del grupo, nos hemos ido enterando de algunas de las necesidades», apunta. Todavía se dispone de algo más de 400 euros.
Melo recuerda también que las últimas cien batas que se hicieron se guardaron para futuras necesidades, ya que los centros disponían del material suficiente. Algunas de ellas se llevaron a la residencia El Conquistador, cuando surgió el brote de covid en septiembre. También se han ido entregando a hogares de particulares, en los que ha habido contagios. Estas ayudas se han completado con la compra de 20 'babis pelones', para niños ingresados enfermos de cáncer.
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Otros grupos
Durante los meses de confinamiento, también estuvieron activos los grupos de costureras 'COVID-19 Lo paramos todos' y las voluntarias de la cantera del C. F Trujillo. Igualmente, se encargaron de elaborar material de protección, que repartieron a centros sanitarios y hospitalarios, residencias de mayores, además de personal municipal. También llegaron a empresarios, entre otros colectivos. Tras la labor realizada en la época más dura de la pandemia, pararon su actividad y los grupos no siguen activos.
Manuel Díaz, con su empresa 3Dioramas, de impresión 3D, igualmente, hizo su aportación solidaria. Se unió al grupo 'Maker Extremadura' para la elaboración de material, como viseras y 'salvaorejas' para las mascarillas. Remarca que se trata de un grupo que sigue abierto.
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