

josé cercas
Viernes, 13 de enero 2023, 09:49
Tú que me diste la risa y los océanos,
los olmos sostenidos por el salitre
y las columnas inalterables
construidas sobre el vuelo
natural de las águilas.
También, un lago de azul esmeralda
y lejanos valles donde anidan
las rosas del agua.
Las primaverales alamedas sometidas
a la voluntad pasajera del tiempo,
las vistas marinas
y los frutos colgados de los árboles
naturales del viento.
Tú que me diste la risa,
el valor de enamorarme,
las orquídeas salvajes,
la verdad sobre la historia,
el misterio sobre el cerco que genera el abrazo,
la alegría envuelta en mazapán,
una manera de mirarte,
el tacto en toda la extensión de la paloma
y tú piel en toda la extensión del viaje.
Tú que me concediste el pensamiento y te pensé,
así pensé en los años pasados
en los ojos detenidos y en las mañanas
en las que yo fui y me sentí prisionero
en la rara expresión del todo,
en la fiel expresión de la nada.
Tú que me diste la vida
con la que quise amarte,
con la que, al fin, te amé.
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