«El secreto es crear un equipo y que sienta los valores de la empresa»

Llegó del centro de Aranjuez, para dirigir el de Trujillo, una ciudad que desconocía. Tras dos años y medio, ya se considera un vecino más y asegura que se convertirá en embajador del municipio. Se trata del director del centro Eleclerc de Trujillo, Patrick Beneroso-Forcades, que en octubre se despedirá para dirigir el centro de Pinto, en Madrid.

Este responsable reconoce que las instalaciones trujillanas comenzaron con muchas dificultades. Sin embargo, ahora lo deja en buena disposición y buenos números. «La satisfacción es de conjunto, con mi equipo, que lo considero mi familia. Hemos sido capaces de desarrollar un proyecto ambicioso y salvador, porque nos ha salvado a todos de la quema». Beneroso-Forcades recuerda que llegó a Trujillo con un objetivo claro. Se trataba de demostrar a una cadena tan importante como Eleclerc que un centro pequeño, en un entorno tan reducido era capaz de llegar a un equilibrio económico, cosa que se ha conseguido.

Insiste en que en dos años y medio se ha dado la vuelta a la situación, ya que se ha crecido en clientes y en resultados, con unas condiciones nada ventajosas, porque la población ha decrecido. «El secreto es crear un equipo y que ese equipo sienta los valores de la empresa y se comprometa. Luego ese equipo es el mejor embajador que he tenido», sostiene. También puntualiza que se ha hecho una adaptación importante de la tienda, para poder dar respuesta a las necesidades el entorno.

Otra de las satisfacciones de este director es que la imagen de Eleclerc se ha reforzado en la zona. «Es una herramienta que garantiza 45 puestos de trabajos directos». Asimismo, recuerda que se ha participado en muchos patrocinios, dentro de las posibilidades de la entidad. «Lo que tenemos que hacer es crear valor en nuestro entorno directo». Destaca igualmente la política llevada a cabo para ayudar al comercio local, gracias a la calidad de sus productos. En el ámbito personal, Patrick Beneroso está muy satisfecho de Trujillo, porque «me he podido integrar en una magnífica ciudad y estoy muy contento de la acogida, del trato y de las amistades». Además del cariño de muchas personas, «de Trujillo me llevo una parte importante de mi vida, que es mi media naranja, que me aporta mucha felicidad».

Ahora hay que mirar el futuro y para Eleclerc Trujillo cree que es positivo. Opina que Trujillo y la región es una tierra que necesita algo de cariño y de apuesta, con unos planteamientos más ambiciosos. También resalta la necesidad de mejorar las infraestructuras, como puede ser ese añorado tren. «Hay gente luchadora», pero cree que faltan oportunidades. «Se necesita morder», añade.