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Curro Guadiana
Reinventar el mundo
Reflexiones desde la ventana

Reinventar el mundo

«El desorden de las ideas no es sino el comienzo del orden, que se puede conseguir de muchas maneras, pero el mejor modo es el silencio y el confinamiento»

Curro guadiana

Sábado, 18 de abril 2020, 01:26

A pesar de sus años, fray Celestino se mantenía firme y recto como vara de fresno, lúcido como si fuera estudiante de primeros años de carrera, amable y educado como si fuera un caballero de los tiempos en lo que él ingresó en la trapa recién terminada la carrera de arquitectura. Cursados estudios de filosofía y teología en su propia trapa, por orden de su Abad se trasladó a Roma donde se hizo doctor en esta última disciplina.

Su condición de arquitecto le llevó a viajar por abadías y conventos de su orden para dirigir algunas componendas y deterioros ocasionados por el paso del tiempo. Había adquirido, por ende, un aire algo más mundano que el resto de frailes de su comunidad. En una ocasión se lo hice notar y con su tono pausado y amable me respondió: «soy del mundo, pero no mundano».

Me gustaba cada otoño pasar unos días en esa abadía cántabra buscando el silencio monacal y así establecí mi amistad con fray Celestino. Al atardecer, antes del rezo de vísperas, era la hora de nuestro paseo. Un día, sin ningún saludo me preguntó directamente: «¿Te aburres aquí?». Me dejó sorprendido, pero entendí que era mejor ser sincero: «No me aburre el silencio, pero tengo la cabeza como un jarecrisna». Su carcajada fue abierta y su mirada sincera.

«Eso está bien – comenzó su perorata –. El desorden de las ideas no es sino el comienzo del orden, que se puede conseguir de muchas maneras, pero el mejor modo es el silencio y el confinamiento».

«Una vez conseguido serás otra persona que evolucionará en ideas y andará por caminos libre. En una palabra, te habrás reinventado. Pero no te equivoques, el invento, el molde, ya está hecho, y tú sólo tienes que hacer las modificaciones necesarias por duras que sean».

«Y volverás a tus quehaceres, a la sociedad. Y verás que muchos sucesos no te gustan e incluso pensarás que tu esfuerzo ha sido vano. Pues no. Alégrate por tener la encomienda de revertir la sociedad desde abajo, porque si comienzas desde arriba es seguro que te devoran los tigres. Los de arriba son los tigres, nosotros somos simples corderos»

Y siguiendo los consejos de fray Celestino paso el confinamiento pensando que nuestra sociedad será mejor.

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