El proyecto de la reforma de la Oficina de Turismo es uno de los temas que más debate ha suscitado en el último tiempo y que va a seguir dando de qué hablar. Se debe a que el proceso para la ejecución de estas obras se va a dilatar aún más tiempo.
Hay que recordar que las mejoras planteadas se tuvieron que paralizar debido al mal estado de la estructura de sus techos, una actuación que no estaba contemplada en el proyecto inicial. Como esa parte da a la zona de arriba de la plaza, se decidió poner un vallado perimetral para que ni vehículos ni personas puedan acceder a este espacio para evitar posibles peligros.
Tras meses de espera, el Ayuntamiento sacó a licitación hace unas semanas la obra para la reestructuración horizontal de esta oficina y de los locales colindantes, por un valor de casi 120.000 euros, impuestos no incluidos. Se trata de unas mejoras necesarias, ya que el forjado del techo de estas dependencias municipales está «en muy malas condiciones, lo que supone un peligro de colapso», según se detalló en el pliego de condiciones. Acabado el plazo el 1 de diciembre para que las empresas presentasen sus ofertas económicas, la licitación ha quedado desierta, según confirman fuentes municipales.
Nuevo procedimiento
Ante esta situación, el Consistorio iniciará un nuevo proceso mediante la fórmula de negociado sin publicidad, con la participación de diferentes entidades. Con este paso, se espera llegar a un acuerdo para poder ejecutar esta necesaria obra, con la que se pretende garantizar la seguridad de los locales, que tienen una superficie construida de 331 metros cuadrados. Ya se ha dejado claro en la documentación aportada para la licitación que la obra es «crucial».
El proyecto planteado incluye la demolición y construcción de las cubiertas y estructuras de cerramiento. Como estos techos dan a la zona de arriba de la plaza Mayor, se tendrá que levantar la pavimentación actual para su impermeabilización, además de poner un nuevo aislamiento. En las cláusulas administrativas de esa licitación también se detalló que «el estado actual de las instalaciones requiere una ejecución rápida para evitar daños adicionales y asegurar el funcionamiento seguro del edificio».
Lo que parece claro es que no se llevará a cabo el apuntalamiento de la Oficina de Turismo, como habían demandado el PSOE y empresarios. Sería una solución provisional para poder quitar el vallado existente hasta que se llevase a cabo la obra. Ante esta medida, la alcaldesa dejó claro que miraría por el interés general.
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