

El Ayuntamiento ya ha dado los primeros pasos para la creación de una o varias comunidades energéticas en la ciudad trujillana, con el fin de convertir a Trujillo en una «sociedad sostenible». Así lo avanzó ayer el alcalde, José Antonio Redondo, en rueda de prensa. Estuvo acompañado por Luis Molano, de Senda Energy, compañía que se dedica a la promoción, desarrollo y ejecución de comunidades energéticas y que llega a la ciudad a través de Powen, entidad encargada de hacer la planta fotovoltaica para la fábrica de diamantes. También estuvo Jaime Mateo, director de Producto de Powen.
Antes de esta comparecencia, estos expertos estuvieron explicando el proyecto a diferentes técnicos del Ayuntamiento, además de resolver dudas. Redondo avanza que ya se lleva hablando de esta apuesta hace un año. Matiza que para que se sea una realidad, tienen que dar el paso tanto el Consistorio, como los ciudadanos, asociándose a esta figura novedosa, que conllevaría el ahorro energético.
Molano resalta que se ha llegado a un acuerdo con Powen para poner una o varias comunidades energéticas en Trujillo. Tanto este experto, como Jaime Mateo, matizan que, de este proyecto, se pueden beneficiar tanto particulares, como pequeñas y medianas empresas, así como las propias instituciones públicas. Remarcan que no solo supondrá tener una ciudad más sostenible, sino un ahorro en la factura energética a los miembros de esta comunidad.
Este proyecto incluiría una financiación de las instalaciones, lo que permitiría acceder a esta propuesta a todo tipo de vecinos. «Es la manera más democrática de dar acceso a las distintas personas», incide el responsable de Senda. Explica, igualmente, que esa financiación se devuelve con una parte pequeña del ahorro generado a los miembros de la comunidad. Asimismo, detalla que ese ahorro puede suponer entre el 30% y el 45% de la factura.
El responsable de Powen explica que la participación de este modelo es libre y voluntaria. Considera que puede ser una solución al casco histórico en donde no están permitidas la instalación de placas solares, por la normativa del plan especial de la parte antigua. «Todos los vecinos que quieran van a poder participar de ella». Además, esa nueva energía llegaría través de la propia red, sin tener que hacer una nueva instalación.
La idea es que esas placas fotovoltaicas se puedan poner en dependencias municipales de los diferentes núcleos de población, como el mercado regional, casas de cultura o pabellones polideportivos, teniendo en cuenta la normativa urbanística. Antes, habría que cambiar las cubiertas de uralita existentes, según la legislación vigente. El alcalde considera que esa sustitución se podría pagar con los ingresos que van a llegar al Consistorio de las nuevas inversiones empresariales. Además, supondría la mejora de las infraestructuras.
Definido el proyecto y vistos los lugares donde se pueden poner esas placas, la pregunta que surge es en qué punto está esta propuesta. Molano apunta ahora hay que definir la hoja de ruta de las comunidades energéticas. Dicho de otra forma, hay establecer un modelo técnico de las instalaciones, definir cuáles son los costes, además de las posibles licencias para constituir jurídicamente la comunidad energética, con su modelo de gobernanza. «En las próximas semanas podríamos tener en marcha todo este plan», detalla. La intención de Redondo es comenzar por un núcleo de población, aunque la pretensión es llegar a toda la ciudad.
Desde que se inicia un proyecto hasta que sus miembros comienzan a percibir el ahorro en la factura suelen pasar entre seis y ocho meses.
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