Las desavenencias entre la alcaldesa, Inés Rubio, y el concejal popular, Juan Manuel Mariscal, han aumentado en los últimos meses. Esto ha provocado que la dirección del Partido Popular abriera un expediente disciplinario al edil trujillano. Este proceso ha terminado con la tramitación de la baja como afiliado del PP, según confirma el propio Mariscal, quien recibió la notificación recientemente. «Se me ha comunicado que puedo presentar alguna alegación más en un plazo de diez días, pero no voy a presentar nada más», señala. No obstante, sostiene que mandará la recogida de firmas que ha llevado a cabo como apoyo de la ciudadanía, con el fin de que «recapaciten hasta dónde se ha llegado con esta expulsión», remarca.
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El edil matiza que ahora se abrirá otro trámite para pasar al grupo no adscrito. De este modo, saldrá oficialmente del equipo de Gobierno. No obstante, en la práctica, ya se había desmarcado en varias ocasiones de las decisiones del gobierno local. «Ahora va a empezar una nueva andadura en Trujillo», subraya.
Mariscal recuerda además que no orquestó nada con el PSOE en la última sesión plenaria, en donde se sumó a los votos de la oposición para rechazar las propuestas. «Los puntos que se trataron eran contratos que se tenían que hacer a largo plazo y podían terminar fuera del alcance de empresas trujillanas». Ejemplo de ello es lo que ha pasado con el proyecto de la construcción de nichos en Belén, que ha terminado en manos de una empresa de Cataluña, tras la licitación llevada a cabo, señala. «Al final, el valor añadido se va fuera de Extremadura»,. Por este motivo, considera que hay que apostar por contratos pequeños y anuales.
El edil también critica la forma de gobernar de la mandataria trujillana. Por ello, pide que se someta a una cuestión de confianza. Si no lo hace y, una vez pase al grupo no adscrito, recalca que puede haber una variante política y se abren distintas posibilidades. «Solo lo puede parar el PP de Extremadura y de Cáceres», añade al respecto.
Mariscal insiste en que la alcaldesa debe dar la cara y enfrentarse a los problemas. Resalta la mala gestión que se están haciendo en diferentes cuestiones, como concesión de subvenciones, las capeas de los carnavales o, incluso, los propios presupuestos que todavía no se han presentado y no es por su culpa. «Existe una parálisis insitutcional total», sentencia.
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