Borrar
María Victoria pablos
El poder de una semilla, Kin
Reflexiones desde la ventana

El poder de una semilla, Kin

«Al marcharte, algo despertó el miedo en tus paisanos y me atrevo a decir que se paralizó Trujillo y llovió acompañando cada tristeza»

María victoria pablos lamas

Miércoles, 17 de febrero 2021, 01:14

Va a hacer un mes... Kin, empiezo a pensar que te escribimos porque no podemos dejar de compartir cosas contigo.

Más aprendí de ti de lo que no me dijiste, que de lo que sí. Me encantó ser testigo de tus actuaciones. El respeto era para ti un pilar fundamental. Incluso me atrevo a pensar que cuando no vi, tiraste con asertividad de cada parte.

No necesitabas discutir con nadie, porque argumentar era tu enorme arma de ayuda trascendente. Encontrabas siempre algo bueno en cualquier cosa, en cualquier circunstancia o persona...

Siempre estabas ahí. Te caracterizabas por la constancia, por el apabullante sentido común y por tu inmensa paciencia. Tenías siempre confianza para cada ser humano que pasaba por tu vida... Y por eso habitas en muchos, muchos corazones.

Nos va a ser imposible dejar de escribirte, de pensarte, de agradecerte el tiempo de calidad que compartiste con cada uno de nosotros.

Despertaste muchas consciencias, ayudaste a crecer a muchísimas personas. Elegiste el mejor de los trabajos, la docencia, que ahora te echa tanto de menos.

Ahora entiendo el desorden que dejas...(No es exactamente eso) Estamos un poco ausentes, como teñidos un poco más por el gris del invierno. También seguimos muy preocupados por el ritmo de la pandemia.

Hasta en esto Kin nos has hecho un regalo, porque al marcharte, algo despertó el miedo en tus paisanos y me atrevo a decir que se paralizó Trujillo y llovió acompañando cada tristeza.

Empezó febrero, avanzan los días y te sigo pensando, seguiré esta primavera... Será imposible que tu energía pueda abandonar tu instituto. Soñamos... porque sabemos que el poder de una semilla puede mejorarlo todo.

No sabía que te quisiera tanto. Lo mejor de lo peor es, que conseguí aprenderte, no solo para recordarte, sino para hacerte presente y seguir con nuestra misión insustituible de sembrar conocimiento, autoestima y potencialidad… con cariño, con auténtica pasión y con constancia.

Dedicado a los que al leer sonríen (aunque sonreír se haya vuelto un poco complicado). Especialmente dedicado a Ana Sánchez y Carlos Paredes.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy El poder de una semilla, Kin