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Azucena Silva Rey
Reflexiones desde la ventana

Aquí no hay playa, vaya, vaya…

Cómo diría mi admirado escritor José Saramago: «Sabemos más de lo que creemos, podemos más de lo que imaginamos».

azucena silva rey

Viernes, 26 de junio 2020, 08:18

A los pies del mes de julio ya se van notando los calores. Cuándo pisé estas tierras por primera vez en verano, me resultó realmente duro.

Más tarde me fui acostumbrando al clima y a la siesta. Al principio, me aburría e incluso me admiraba ver cómo alrededor todos se retiraban en silencio a dormir o recogerse del fuerte calor. Luego comprendí que era lo normal en verano y con más de 40 grados. Esto pasa en esta zona nuestra llena de reclamos culturales pero a falta de ríos y zonas húmedas tan importantes en ésta época del año.

Nos esperan unas vacaciones atípicas. Más allá de los viajes por cuestiones familiares, pasaremos mucho tiempo a cobijo de aglomeraciones en las costas.

Deberíamos contar con espacios dónde el agua fuera protagonista, bien en forma de fuentes o cualquier otro elemento que mitigara el calor y ayudará a permanecer más tiempo en la calle con el consiguiente beneficio para el consumo local.

De ahí la importancia de tener espacios verdes bien cuidados y zonas húmedas para soportar las altas temperaturas. En algunos lugares cubren las calles principales de paraguas multicolores que animan y proporcionan sombra. Las terrazas ya tienen afortunadamente sistemas de nebulización, simples y bastante efectivos.

Deberíamos hacer un esfuerzo de creatividad para atraer a propios y foráneos.

Lo más difícil es crear eso que llaman ambiente. Salir de casa para hacer algo diferente es el objetivo. Quizás un concierto, un cine de verano, un teatro en la calle, son un buen motivo para dejar el sillón, salir, socializar y relacionarse. Los grupos amateur son un buen reclamo, lo hacen muy bien y no es necesario disponer de un alto presupuesto.

Estamos empezando una nueva etapa, la nueva normalidad, sin prisa pero sin pausa, confiando en la responsabilidad personal.

En algunos países están más acostumbrados a moverse de forma independiente pero con las normas al pie de la letra.

Esperemos que los incumplimientos sean la excepción y disfrutemos este verano, de una libertad condicionada por la sensatez y el rigor en nuestros actos. Hacer que este verano sea diferente depende también de nosotros. Las comunidades más implicadas lo son gracias a sus propias iniciativas comprometiendo al resto del municipio. Ocurre con todo.

Hay lugares que cuentan con muy pocos recursos y consiguen atraer con diferentes propuestas a un público fiel año tras año. Ahora habrá de hacerse de forma sostenible, pero en un futuro puede convertirse en sede de algo permanente. Así se suceden diferentes fórmulas de todo tipo, desde festivales de música, encuentros culturales etc.

Contamos con suficiente infraestructura para ello. La situación de Trujillo en medio del trayecto Madrid-Lisboa favorece a los desplazamientos.

Nuestro país vecino Portugal debería ser un buen aliado. Juntos se pueden desarrollar planes que favorezcan a ambos. Tenemos muchas similitudes y recursos parecidos y complementarios.

Seguiremos atrayendo o a un turismo de paso, principalmente excursiones de un día o con una noche de pernoctación. Invitar a una visita más sosegada para mayor disfrute del viaje con propuestas novedosas y haciendo hincapié en un turismo más responsable y sostenible nos garantizará un futuro más estable. El turismo sostenible es un turismo que es económicamente viable, pero que no destruye los recursos sobre los cuales el futuro del turismo dependerá, en particular el ambiente físico y el tejido social de la comunidad anfitriona.

El turismo responsable y el turismo sostenible no son lo mismo. El turismo responsable pone énfasis en lo que los individuos y los grupos hacen para ocuparse de aquellos asuntos de sostenibilidad que surgen en los lugares concretos, atendiendo prioridades locales, informando transparentemente de lo que han hecho para atender esas prioridades.

Buen momento para pensar con calma ya que al menos éste verano será un verano diferente en todos los sentidos. Cómo diría mi admirado escritor José Saramago: «Sabemos más de lo que creemos, podemos más de lo que imaginamos».

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