
No importa que haya más ruido de lo normal. Tampoco importa la existencia de carros, ni que suene algún llanto que otro. Todo ello forma parte de uno de los actos más entrañables del programa religioso de las fiestas patronales. Se trata de la presentación de los bebés nacidos en los últimos 12 meses a la Virgen de la Victoria, acto que tuvo lugar ayer, en la iglesia de San Martín. Como suele ser habitual, tuvo una gran aceptación.
Esos pequeños, acompañados por sus familiares, se repartieron por distintos lugares de la iglesia, dejando los cochecitos en los pasillos del templo. Tras unas palabras del párroco, Juan Carlos Milla, llegó la bendición de esos pequeños. No faltó el mensaje para que esos familiares transmitan el amor a la Virgen. «Al igual que balbucean papá, mama, lloran, protestan, también tenéis que enseñarles a que balbuceen Virgen de la Victoria», afirmó el párroco. Asimismo, pidió que a la Patrona la reconozcan como Madre.
Seguidamente, en fila, el sacerdote fue cogiendo uno a uno a esos bebés, acompañados por sus padres, para presentárselo a la Patrona. Una vez que todos los pequeños pasaron delante de la Virgen de la Victoria, llegó una foto de familia para el recuerdo.
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