La Patrona es arropada por 300 feligreses en su ofrenda floral

La Hermandad Virgen de la Victoria cerró este sábado su intenso mes de mayo con la tradicional ofrenda floral a la Virgen de la Victoria, que tuvo lugar en el patio de armas del castillo. El intenso calor de la jornada, más propio de la época estival, no desanimó a los numerosos feligreses que asistieron a este acto. Fuentes de la organización aseguran que se llenaron 300 de las 350 sillas que se dispusieron para la ocasión. Todas ellas estuvieron separadas por 1,5 metros, para cumplir con las medidas de seguridad ante la covid. Además de esos asistentes, no dejaron de entrar turistas para disfrutar tanto de la alcazaba, como de sus vistas en lo alto de las amenas.

Entre los participantes, estuvieron concejales de la corporación municipal, así como integrantes de diferentes organizaciones sociales, sobre todo religiosas, de la ciudad. Las primeras filas estuvieron ocupadas por directivos la Hermandad de la Patrona, con su presidente a la cabeza, Javier Diz. Su cara al final del acto reflejaba la satisfacción por la buena respuesta de público.

Como manda la tradición, la imagen pétrea de la Patrona salió de su habitual morada, la capilla del castillo, para situarse en lo más alto del aljibe para presidir la eucaristía, que estuvo oficiada por el párroco Eugenio Albalate y por Juan Miguel Pérez, ordenado sacerdote hace algo más de un mes. Uno de los momentos más esperados fue esa entrega de ramos de flores a la Virgen, que recogían los sacerdotes para ponerlos a sus pies. Para ello, se fue nombrando uno a uno los colectivos participantes en esta ofrenda, hasta un total de 15. El último fue un centro de flores, situado en el altar, donado por la Hermandad. Una vez finalizado el acto, se entonó el himno Salve.

Durante los sábados del mes de mayo, la Hermandad también ha llevado a cabo el rosario de la aurora, en la explanada del castillo, delante de la Virgen. Ahora, el trabajo estará enfocado en la organización de las fiestas patronales.