La construcción de la residencia de mayores de Huertas de Ánimas ha ido, hasta ahora, a buen ritmo, incluso por encima de los plazos previstos. Este hecho hacía presagiar que se podría terminar próximamente. Sin embargo, si no hay cambios, estas obras se van a ... parar, tras haber ejecutado ya el 85 por ciento del proyecto. El problema viene ante la ejecución de la instalación de la climatización.
La empresa que está llevando a cabo la actuación es Inexcon Obras y Servicios. Su gerente, Fran Rey, explica que, a principios del mes de noviembre del año pasado, se registró en el Ayuntamiento un escrito dirigido a la alcaldesa, informando de una serie de deficiencias que había en el proyecto, centradas principalmente en esa instalación de la climatización y en la renovación del aire, ya que no se adaptan a la normativa. Pasado el tiempo, no se ha recibido contestación del Consistorio.
Rey matiza que, si no se tiene definida esa climatización, no se pueden acabar los falsos techos, ni las carpinterías de madera, ni los sanitarios. Por tanto, no se puede terminar la ejecución. En este sentido, explica que si se lleva a cabo esa parte según viene en el proyecto, no se legalizaría el edificio, ya que no cumple con la normativa. Por tanto, habría que desmontarlo para volver a hacerlo, lo que supondría un gran desembolso económico.
Este responsable recalca igualmente que, si se hubiera podido compatibilizar las tareas de la instalación que falta, «nos quedaría un mes de ejecución de obra». Dicho de otro modo, se adelantaría en dos meses o dos meses y medio sobre el plazo contratado de ejecución, que fueron 15 meses. También quiere dejar claro que su entidad, como las empresas que han trabajado, de una forma o de otra, en esta obra «han puesto toda la carne en el asador para que fuera un proyecto bien hecho, bien ejecutado y en tiempo récord». Sin embargo, asegura que, por causas ajenas a su entidad, «no va a poder ser».
Fran Rey concreta que se necesitaría una revisión del proyecto a la normativa actual. De hecho, asegura que se hizo un informe documentado técnicamente y económicamente, con las modificaciones que había que hacer. Matiza que todo se ha hecho dentro de la lógica y de los principios éticos y morales de su constructora. Sin embargo, asegura que la última palabra la tiene el promotor, que es el Ayuntamiento.
Considera que, hasta que se resuelva el problema, les queda una semana y media de trabajo vinculado a la fase de pinturas y los remates que se pueden llevar a cabo. De hecho, indica que se ha pasado de tener una media de entre 26 y 28 trabajadores a contar, en las últimas semanas, con solo cinco.
Finalizados esos trabajos, se informará que «hasta aquí podemos llegar. Si nos dicen que tenemos que seguir haciéndolo mal, tendremos que continuar y si nos dicen que paremos hasta nueva orden, tendremos que parar», añade al respecto. No obstante, echa de menos la contestación a un documento técnico remitido hace cinco meses.
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