
Las obras del palacio de San Carlos superarán los 150.000 euros
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Supondrá una recuperación profunda de la cubierta y mejoras en ventanas, entre otras intervencionesPatrimonio ·
Supondrá una recuperación profunda de la cubierta y mejoras en ventanas, entre otras intervenciones«Toda la recuperación de patrimonio es una buena noticia y, en momentos como estos, mejor que buena, porque no sobran los medios». Así lo detalla el duque de San Carlos, Álvaro Fernández-Villaverde, quien fuera durante años presidente de Patrimonio Nacional. Esta afirmación surge a raíz de las obras de restauración que se llevarán a cabo en el palacio de los duques de San Carlos, del siglo XVI, propiedad de la Fundación Álvaro de Bazán, presidida por el propio Fernández-Villaverde.
Explica que las obras en este emblemático inmueble consistirán en la recuperación de su cubierta. Ya, hace unos años, se intervino en esta estructura con repaso de goteras. Sin embargo, ahora, la recuperación será mucho más profunda. Además, se mejorarán las ventanas y se realizará una intervención para evitar que accedan las palomas y dañen el patio del palacio. Detalla que las obras estarán ejecutadas y dirigidas por personal y técnicos de la ciudad trujillana. Además, se cuenta con la colaboración de Fernando Acero y la entidad 'Catering plaza Corral del Rey', que es la arrendataria del edificio para la organización y celebración de eventos.
El duque de San Carlos confía en que las obras comiencen lo antes posible. Ya se tiene los parabienes de la Junta de Extremadura. Ahora se está a la espera de la licencia de obras del Ayuntamiento para que comiencen los trabajos. Supondrá una inversión que ronda entre los 150.000 y los 200.000 euros. Reconoce que la actuación proyectada «es esencial» para el inmueble. Se unirá a la que se hicieron en su momento cuando el palacio recuperó la actividad para acoger diversas actividades. Ya solo quedaría una posible actuación, que sería cubrir el claustro existente, aunque no se lo plantea.
Además de estas obras, el duque de San Carlos, un enamorado de Trujillo, defiende una vez más la necesidad de que este tipo de monumentos tenga vida para que cuentan con una razón de ser, porque si no «se mueren». Asimismo, considera que las manos privadas son las que mejor gestionan este tipo de propiedades. En este sentido, opina que la actual actividad de este palacio es idónea para el inmueble.
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