

Javier Sánchez Pablos
Sábado, 20 de octubre 2018, 06:36
«Hemos podido traer el coche. Se puede aparcar». Ese fue el comentario de unos turistas hace unos días, a media mañana, al entrar andando en la histórica plaza Mayor de Trujillo y ver su perímetro lleno de vehículos. Es una imagen habitual de lunes a viernes, a pesar de que hay señales que lo prohiben. Se trata de una vieja polémica que perdura a lo largo de los años, al igual que la regulación del tráfico en la parte antigua. Aunque ha habido intentos por parte de los gobernantes locales de poner soluciones, el debate sigue abierto.
Las últimas disensiones se produjeron hacen unas semanas con la puesta en marcha de un plan de tráfico en el casco histórico. Consistió en hacer las calles de un único sentido. Fue una prueba que duró tres días. Al final, se decidió paralizarla, debido a la desaparición de señales eventuales puestas para la ocasión y a las quejas vecinales.
Esta regulación es una vieja aspiración de algunos políticos trujillanos. El motivo se debe a ese deambular de turistas perdidos, una y otra vez, circulando por calles angostas sin saber dónde ir. «El tráfico en la parte antigua es un auténtico caos, es una imagen desoladora y vergonzosa», así lo dijo el alcalde trujillano, Alberto Casero, en octubre de 2015. Una de las ideas que ha defendido el mandatario trujillano en más de una ocasión es cerrar la parte antigua al tráfico. Para ello, la idea era instalar un sistema de cámaras de control para que ese acceso quedase reducido a residentes, personal de negocios y servicios básicos. Uno de los problemas de esa regulación es el acceso al cementerio y a al castillo, donde está la patrona.
Opinión en La Villa
Vecinos y comerciantes de La Villa, hace ya un tiempo, hablaron de los problemas de la circulación de su histórica barriada. Una de las asistentes a este encuentro fue Belén de Miguel. Afirma que no están de acuerdo con el plan llevado a cabo hace unos días. Recuerda que, en esa reunión, se hicieron algunas propuestas. Una que consideran «fundamental» es que la calle Ballesteros, principal entrada o salida para la parte antigua, tenga siempre la misma dirección. Ahora, se cambia los fines de semana. Cree que lo mejor es que sea de subida para llegar a la Villa. Esta vecina, asimismo, matiza que, por regla general, no hay conflicto con la circulación en esta parte de la ciudad.
Cree que lo más conveniente es poner señales en las que informen del solo acceso a residentes y clientes de establecimientos hosteleros. Matiza que, en ese caso, el Ayuntamiento debe definir si esos residentes son solo los de La Villa o todos los trujillanos. También opina sobre las crítica que, en ocasiones, surgen ante la cantidad de vehículos estacionados en el casco histórico. «Tenemos que tener la posibilidad de aparcar nuestros coches», apunta. Ante estos temas, manda un mensaje a los actuales dirigentes. «Estamos deseando sentarnos y dialogar, porque conocemos la realidad y la sufrimos», añade.
La plaza Mayor
La falta de regulación es palpable en la plaza Mayor, ante la abundancia de vehículos aparcados los días de diario. Desde diciembre de 2014, hay una zona restringida por señales para estacionar, como máximo, durante 30 minutos. Fue una medida bien recibida por comerciantes y hosteleros, ya que acercaba a clientes a la plaza, puesto que antes estaba prohibido estacionar. Para vigilar e informar, el Consistorio cuenta con una persona. Con el paso del tiempo, se ha ido permitiendo dejar esos coches en toda la plaza Mayor, bien 30 minutos, bien varias horas, según fuentes vecinales. Agentes de la Policía Local tan solo sancionan a partir de las ocho de la tarde, que es cuando se termina esa permisividad. De hecho, ya se han puesto algunas denuncias.
Fuentes policiales matizan que la señalización existente no cumple con la normativa vigente. Además, detallan que hay señales que se contradicen en la misma plaza. Remarcan que ya lo pusieron de manifiesto hace unos años, pero no se ha puesto solución a ello.
Una medida que han defendido vecinos y políticos es la instalación de una zona azul. Sin embargo, en la anterior legislatura ya se descartó, debido a que el servicio de grúa en Trujillo es deficitario. Ante esta circunstancia, ninguna empresa se quería hacer cargo de esta labor, si no tenía una ayuda municipal.
En esa sucesión de hechos, existe un actor importante para el municipio. Son los turistas, que en numerosas ocasiones se han quejado de los vehículos situados en la plaza Mayor y en la parte antigua. Así se lo han hecho saber a trabajadoras de la Oficina de Turismo.
Ante toda esta situación, más de una vez, se ha hablado de que, para quitar esos vehículos, es necesario dar una alternativa. Esa podría ser los terrenos de la promotora Parking Plaza, a unos metros de la plaza Mayor. Fuentes de la entidad propietaria consideran que la opción es que el Ayuntamiento invierta en este terreno comprándolo y adaptándolo. Es un planteamiento que se ha plantado alguna vez. De hecho, en la Feria del Queso se ha utilizado como aparcamiento.
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