Las chicas de Bocoio con Alejandro Cancho y David Fernández

Dos trujillanos recogen la realidad de Angola

Alejandro Cancho y David Férnandez harán un documental sobre el trabajo de las religiosas 'Hijas de la Virgen de los Dolores'

Javier Sánchez Pablos

Sábado, 1 de septiembre 2018, 15:30

Trece días a más de 6.000 kilómetros de España. Casi diez horas de grabación, decenas de testimonios, sonrisas que no se olvidan y un sinfín de sensaciones. Así ha sido el viaje de los trujillanos Alejandro Cancho y David Fernández a Angola para conocer de primera mano la labor que realizan las religiosas 'Hijas de la Virgen de los Dolores', congregación muy vinculada a Trujillo y Miajadas, entre otros lugares. De hecho, esta organización dirige los colegios del Sagrado Corazón de Jesús de estos municipios cacereños.

Publicidad

Volvieron hace algo más de una semana y ahora estos trujillanos harán un documental de ese día a día de las religiosas, que están dedicadas a ayudar en zonas muy deprimidas. El objetivo es darle difusión para concienciar aún más a la población de que continúe con la importante ayuda que les llega. Aunque esperan hacer un buen trabajo, tanto Cancho -que acaba de terminar la carrera de Periodismo- como Fernández -que posee una amplia de experiencia como cámara de televisión- tienen claro que el mejor audiovisual es la experiencia vivida.

La iniciativa del viaje surgió del joven periodista. Recuerda que, cuando estudió en el colegio del Sagrado Corazón de Jesús de Trujillo, pertenecía al grupo misionero, que hacía, igual que en la actualidad, propuestas para recaudar dinero para esas misiones en Angola. Este verano, a Cancho le surgió la oportunidad de conocer esa realidad, que siempre le despertó curiosidad. Por ello, buscó la financiación necesaria para realizar el viaje y le pidió a David Fernández que le acompañar, como así ha hecho.

Contacto

El principal contacto en Angola ha sido la hermana Auxiliadora Gamero, quien fuera durante años directora del colegio trujillano y muy querida por antiguos alumnos. Tanto Gamero, como el resto de religiosas no se han separado de estos trujillanos. «Nos han hecho de guía, nos han explicado la historia y las tradiciones, además de poderlas ver y compartirlas. Han estado pendiente de nosotros en todo momento», resalta Fernández.

Durante esos trece días de viaje, estos expedicionarios han recorrido las tres localidades donde está asentada la congregación: Luanda, Benguela y Bocoio. «Hemos comprobado que existe una gran desigualdad. Hay una profunda pobreza». Fernández y Cancho han tenido la oportunidad de ver las condiciones extremas en la que viven muchos vecinos, de comprobar como personas están cerca de la muerte por falta de recursos en un hospital e, incluso, de acercarse a un campo de minas ya desactivado. En medio de esas situaciones, lucen con luz propia «la sonrisa de unas niñas, la simpatía de muchas personas y la capacidad de aprender de unos pequeños», señala Alejandro.

Publicidad

El primer destino fue Luanda, donde está el centro de operaciones de la congregación. Además de dedicarse a la gestión de la obra que se lleva a cabo en Angola, las religiosas realizan una labor pastoral.

Benguela

La siguiente escala fue Benguela. El objetivo de la cámara de los trujillanos recogió imágenes del noviciado que regenta la congregación. También inmortalizaron la labor que se lleva a cabo en un centro médico, dirigido por las monjas. Cancho recuerda que la sanidad no es gratuita. Por tanto, las hermanas solo cobran a los que pueden tener algo de dinero. Si los pacientes viven en la pobreza, son atendidos de forma gratuita. También gestionan un salón parroquial, donde se imparten clases de refuerzo de matemáticas y portugués. Los expedicionarios trujillanos destacan las ganas de aprender que tenían los pequeños. Prueba de ello es que Alejandro les enseñó el himno de su colegio.

Publicidad

Por caminos sinuosos en un coche ya con 'achaques', se trasladaron de Benguela a Bocoio, una pequeña población donde se encuentra una residencia con 50 chicas, procedentes de las montañas. «Nos recibieron con cantos populares y bailes», recuerdan estos trujillanos. Pudieron ver el trabajo que se hace en estas instalaciones.

También fueron a un hospital con pocos recursos. Reconocen que fue una de las experiencias más impactantes. «Había bebés enfermos de cólera por los pasillos, vimos cómo se estaba muriendo un niño porque no había bomba de oxígeno. No tienen medios», relata Alejandro. También resaltan la gran participación que había en las eucaristías y actos religiosos celebrados en austeras instalaciones.

Publicidad

Donaciones

Con estas y otras muchas imágenes, ahora les queda un duro trabajo para dar forma al audiovisual. Más allá de ese documental, Cancho y Fernández también quisieron hacer su particular contribución. Por ello, llevaron desde España en sus equipajes algunos regalos, como juguetes, libros, globos e, incluso, una marioneta de las aventuras trujillanas de 'Pepito y sus amigos'. También han dejado allí material sanitario y medicamentos. Todo ello ha sido donado por diferentes personas y entidades trujillanas.

Además, ya en España, se pretende llevar un contenedor lleno de elementos necesarios para hacer la vida más fácil a las religiosas. Para ello, se está hablando con una empresa pesquera nacional para que lo pueda portar. En ese contenedor, se espera incluir un coche, así como máquinas de coser, además de otras donaciones que se puedan hacer.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

PRIMER MES GRATIS. Accede a todo el contenido

Publicidad