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En busca de una segunda oportunidad

En busca de una segunda oportunidad

La protectora trujillana Refugio Turgalium lleva algo más de un año recogiendo animales abandonados

Javier Sánchez Pablos

Martes, 26 de junio 2018, 07:00

Zipi y Zape no paran de jugar. Son hermanos. Con tan solo unos días de vida, sus supuestos propietarios se deshicieron de ellos lanzándolos por la verja del refugio. De aquello hace ya casi tres meses. Ahora buscan una segunda oportunidad para que puedan ser adoptados. Esa suerte ya la ha tenido Teo, uno de los veteranos de estas instalaciones. En julio, este galgo se marchará a Alemania.

Estos perros forman parte de la gran familia de la protectora de animales Refugio Turgalium de Trujillo, asociación que echó a andar hace algo más de un año. Se encarga de la recogida y mantenimiento de los animales de compañías abandonados, sobre todo de perros. También recogen a canes extraviados. En ese caso, si tienen chip, son entregados a sus dueños.

En la actualidad, este centro, cedido por Ayuntamiento, está «más que al completo», explica uno de sus responsables, Genaro Sánchez. De hecho, dependiendo del tamaño de algunos animales, comparten cheniles. Ahora cuentan con 25 perros y tres gatos. Lo peor es que no paran de llegar animales. Prueba de ello es que, en alguna ocasión, han estado desbordados sin poder coger más canes, a pesar de la demanda.

Maltratados

Sánchez detalla que los perros suelen llegar a este espacio no siempre están en las mejores condiciones y en distintas ocasiones, han sido maltratados, sin chip para poderlos identificar. Por tanto, lo primero que se hace es ponerles esa identificación y hacerles un tratamiento veterinario, gracias al profesional Miguel Godoy, con vacunas y desparasitación.

Durante los primeros días en el refugio, se da publicidad en redes sociales para ver si se encuentra al dueño. Transcurrido ese tiempo, pasa a formar parte de la protectora y se les da todo tipo de cuidados. El trabajador de este servicio, contratado a través del Consistorio, detalla que lo importante es recuperar a los animales física y psicológicamente.

Mientras, se les intenta buscar una familia de adopción. Hasta ahora, han encontrado un nuevo hogar 20 perros. Algunos de los últimos casos fueron dos mastines, que se marcharon a Bélgica. Para ello, se tiene la colaboración del refugio de Cáceres. Hace un mes también se fue a Galicia Dona, una bóxer que llegó al refugio trujillano con importantes daños en la cabeza.

Voluntarios

Este responsable señala que este servicio, necesario en la ciudad, se puede mantener, por ahora, gracias a la colaboración de voluntarios. También se realizan campañas de recogida de alimentos. «La gente se porta maravillosamente, se vuelcan con nosotros», explica. En alguna ocasión, se ha pedido ayuda al Ayuntamiento para abonar la comida de pequeños animales. «Desde que llevamos trabajando en este refugio, el Consistorio no habrá pagado ni 200 euros en tema de alimentación».

Genaro Sánchez también destaca el dinero entregado por una familia, en nombre de su hija fallecida en un accidente. Por este motivo, se le ha concedido el premio que la protectora otorga a personas o instituciones que colaboran con el centro.

Esta entidad también firmó un convenio con el Ayuntamiento en el mes de abril. Gracias a este acuerdo, debe aportar 6.000 euros a la protectora por esa recogida, traslado y mantenimiento de los animales. Esa cantidad deberá subir cada año mil euros hasta un total de 10.000. También hay un compromiso de hacer una serie de obras para mejorar las instalaciones. Sánchez señala que, por ahora, no se ha llevado a cabo ninguna aportación económica ni actuación. También echa de menos que no se tenga un enganche de luz en esta perrera municipal, a pesar de haberlo solicitado reiteradamente.

Otras poblaciones

Este responsable reitera que no solo se da servicio a Trujillo, sino también a otras poblaciones de la zona, con la firma de acuerdos.

Más allá de este servicio, la protectora también trabaja en la concienciación de la importancia de tener un animal de compañía. Con esa idea, se han realizado charlas en centros educativos. Junto al ponente suele ir Ángel, un perro de la raza 'colier', muy dócil y que se lleva muy bien con los pequeños, señala Genaro. También se manda el mensaje de 'No compres un perro de raza, adopta uno sin casa'.

Este tipo de charlas se han ofrecido también a los campamentos que se llevan a cabo en la zona. Además, se realizan jornada de puertas abiertas para que se conozca la labor que se lleva a cabo.

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