
Javier Sánchez Pablos
Jueves, 3 de agosto 2017, 07:39
La polémica continúa sobre el nuevo texto de la ordenanza municipal relacionada con la cartelería que ha generado el enfado de un grupo importante de empresarios. También se habló en el pleno sobre este asunto, a preguntas de la oposición. El alcalde, Alberto Casero, afirmó que a nadie se le va a decir que quite su cartel que previamente tenía aprobado. Además, aplicó un principio del derecho penal, que solo es retroactivo en las normas cuando favorece a la persona que es juzgada. Por tanto, «ese principio también prima. No se puede aplicar algo que perjudique», sostuvo.
Sobre esta ordenanza, Casero recordó que se cambió en 2012 y se volvieron hacer otra modificación hace más de un año, para flexibilizar la normativa en temas de cartelería. Considera que hay un acuerdo generalizado para tomar medidas para regular este tipo de instalaciones en la ciudad. Insiste en que el equipo de Gobierno no gana ni pierde nada con esta normativa. Por ello, reiteró que «la ciudad será lo que quieran los ciudadanos». Por ello, opina que si se quiere que haya carteles de colores, quien perderá será la ciudad, puesto que los visitantes se irán otras localidades.
Tras los comentarios vertidos en las últimas semanas, considera que no se contraviene ninguna ley nacional, ya que no existe ninguna que regule estos temas, puesto que es una competencia municipal. Reconoce que se ha enviado una carta a los empresarios, «quizá poco afortunada en su redacción», que ha provocado un temor general. A pesar de ello, reitera que a nadie se le ha denunciado por los carteles que tuvieran sus permisos.
Recogió el guante de la oposición y no tiene problema de crear una mesa con los partidos políticos y representantes de los empresarios para revisar esta norma. Matizó que la zona que engloba el casco histórico es un tema de urbanismo, de competencia compartida con la Junta.
El líder del PSOE, Fernando Acero, insistió en sentarse con políticos y empresarios para hacer esos cambios necesarios. Por su parte, el portavoz de IU, Joaquín Paredes, sugirió que la ciudad se divida en tres anillos. Uno sería la zona centro y parte monumental, otro, una zona un poco más amplia y el último sería el espacio más alejado.
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