UGT quiere cerrar su sede, a pesar de la oposición de algunos afiliados
La razón del cierre es por un tema económico y se devolverá el edificio a su propietario, el Estado
Javier Sánchez Pablos
Miércoles, 20 de julio 2016, 06:00
El conflicto está servido. UGT Extremadura cerrará su sede en Trujillo. Así lo han confirmado fuentes del sindicato a este diario. Detallan que el edificio es propiedad del Estado y, por problemas económicos, no se puede mantener una sede abierta en la ciudad. Ante esta decisión, dos dirigentes del sindicato estuvieron ayer en las instalaciones para recoger documentación, señalan estas mismas fuentes.
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El cierre de estas dependencias ha enfadado a algunos afiliados. De hecho, estuvieron ayer en la sede por si se ejecutaba la decisión tomada. Una de ellas fue Carmen Alonso Montaña. Explica que se han recogido más de mil firmas de afiliados y simpatizantes en contra de esta medida y se las han hecho llegar a los responsables. Sin embargo, no han tenido respuesta. Asimismo, explica que los dirigentes regionales les avisaron telefónicamente de que «nos quieren echar». Considera que, si se pretenden cerrar estas instalaciones, primero se debe hacer una asamblea con la militancia para explicar las razones. Recuerda que, en la zona, existen más de 700 afiliados repartidos entre la comarcas de Villuercas, Montánchez y Trujillo. Ahora, también hay que contar con la zona de Miajadas, ya que se cerró su sede, detallan sus compañeros.
El edificio de UGT lleva en funcionamiento cerca de 30 años. Durante este tiempo, ha centralizado y acercado servicios, como el de la asesoría jurídica, además de la impartición de cursos. Si se ejecuta ese cese de su actividad, los afiliados se tendrán que trasladar a Mérida o Cáceres, explican. Además, estas instalaciones han acogido multitud de reuniones y encuentros de entidades sociales.
Tanto Carmen Alonso, como otros compañeros entienden que este cierre se pueda ajustar a los estatutos, pero «ideológicamente no responde a los principios de la UGT». Matizan que si el problema es económico, un grupo de afiliados está dispuesto a hacerse cargo de los gastos para mantener abierta estas instalaciones y continuar prestando los servicios como hasta ahora.
Poco amistoso
El encuentro que tuvieron ayer estos afiliados con los dirigentes no fue del todo amistoso. Insisten en que se opusieron a este cierre. De hecho, estuvo un cerrajero para cambiar la cerradura. Carmen Alonso asegura que estos responsables llegaron a ir a la Guardia Civil. Sin embargo, no tenían la documentación necesaria para echarlos, añade.
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Fuentes de UGT Extremadura matizan que solo hubo un incidente de carácter verbal, sin mayor problema. Sostienen que los únicos que pueden cerrar esta sede son personal o liberados del sindicato. Sin embargo, la persona que está regentando las oficinas no lo es. Insisten que en los próximos días se intentará recoger todo para que el edificio vuelva a manos de su propietario. Hasta ahora, se tenía hecho una cesión de las instalaciones.
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