La ciudad se prepara para recibir a miles de personas con motivo de la Feria del Queso

La ciudad trujillana se prepara para una de las citas más importante del año, como es la Feria Nacional del Queso, que tendrá lugar del 29 de abril al 2 de mayo. Ante esta celebración, el lunes se inició el montaje de los stands en la plaza Mayor. Por tanto, este punto céntrico permanecerá cortado a los vehículos hasta que se retire toda es infraestructura. Además, la zona centro quedará restringida al tráfico, desde este viernes y hasta el lunes, debido a la gran afluencia de público que llenará la ciudad estos días. Según fuentes de la organización, la feria puede congregar a más de 200.000 personas.

La concejala de Seguridad Ciudadana, Gema Bernat, señala que se repetirá las mismas medidas que en Semana Santa o años anteriores. De este modo, esos accesos al centro estarán cortados bien con vallas, bien con pivotes, bien con agentes de policía. Solo podrán pasar residentes, clientes de establecimientos hosteleros y servicios de Urgencias, además de la carga y descarga.

Junto al montaje del certamen quesero, el lunes también comenzaron los trabajos para instalar en el paseo Ruiz de Mendoza las casetas para la Feria Internacional de Artesanía de Extremadura, FERinARTE.

Como ya pasó con la celebración de otros eventos, El Ayuntamiento concederá la instalación de barras de bar en la vía pública a aquellos negocios que tengan ya los permisos para poner terrazas, salvo excepciones. Para ello, es necesario solicitarlo, explica la edil. Asimismo, la Junta ha concedido la autorización para que los establecimientos hosteleros puedan cerrar dos horas más tarde, según licencia.

Uno de los problemas planteados por la oposición en relación a la muestra quesera ha sido la limpieza en el recinto ferial, ya que el año pasado hubo quejas. En sesión plenaria, el alcalde, Alberto Casero, recordó que es un cometido de la Institución Ferial, como entidad organizadora del certamen. Para ello, contrata personal para la limpieza y vaciado de contenedores. Reconoce que, ante la multitud de personas que participan en este certamen, «es francamente difícil» poder controlar que los contenedores no se llene de una forma rápida.