La tala de 20 árboles en la avenida Ramón y Cajal provoca reacciones diversas

La avenida Ramón y Cajal presenta una nueva imagen. Se debe a la tala de 20 árboles, ocho eucaliptos en su margen izquierdo y 12, principalmente acacias, en su margen derecho. Esta intervención terminada ayer, englobada en la reforma de esta avenida, ha provocado reacciones de todo tipo.

El concejal de Medio Ambiente, David Pablos, detalla que los eucaliptos eran ejemplares de un gran tamaño que provocaban molestias a los vecinos. De hecho, asegura que algunos inquilinos habían demandado que se quitasen. Además, existía el peligro de que se cayeran algunas de sus ramas. Asimismo, estos ejemplares estaban llenos de suciedad de excrementos de pájaros y en algunos había gusanos, según explicaron ayer fuentes de la empresa que ha llevado a cabo esta tala. Se ha dejado el tronco a unos 50 centímetros y la intención es tratarlos para que puedan servir, en un momento dado, como asiento. Por su parte, la eliminación de las acacias se ha debido a que, en su mayoría, estaban podridas, con grandes huecos en sus troncos. También había árboles ya viejos, añade.

El edil insiste en que era conveniente llevar a cabo esta acción antes de que se cayera alguna rama o árbol encima de una persona. «Soy un defensor de los árboles, pero a veces hay que tomar decisiones».

Pablos matiza que se han eliminado 20 ejemplares pero ya se han plantado, en el margen izquierdo, otros 30 de especies autóctonas, más ornamentales, que necesitan poca agua y ensucian poco, como pueden ser los magnolios. En esta zona se plantarán un total de cuarenta. También se tiene previsto poner árboles en el margen derecho en otoño. A este número hay que añadir que, en lo que va de año, se han plantado cerca de otros cincuenta ejemplares en distintas partes de la ciudad, como pueden ser avenida Coronación y avenida del Perú, añade David Pablos. Todos ellos, tanto de un sitio como de otro, han sido han sido cedidos por la UTE Trujillo, empresa concesionaria del servicio de limpieza.

Además de los árboles, se ha quitado unos metros de seto al final de la avenida Ramón y Cajal, junto en frente del campo de fútbol. Este hecho permite una mejor visibilidad para los vehículos.

Ante la tala llevada a cabo, ha habido reacciones muy diferentes. Distintos vecinos de esta zona comprenden esta actuación ya que había eucaliptos que estaban provocando daños en las viviendas con sus raíces. Asimismo, aseguran que las acacias habían dado algún susto con la caída de ramas. Ahora, piden que estos árboles talados se sustituyan por otros lo antes posible. Otros se muestran agradecidos de esta acción porque esos árboles, situados delante de algunos hogares, provocaban una gran suciedad incluso obstaculizaban la entrada de vehículos a sus garajes.

Por el contrario, hay ciudadanos que han criticado duramente la actuación, tachándolo de barbarie. Indican que existían ejemplares que no hacían daño a nadie y sin embargo se han eliminado. También sostienen que se ha eliminado la sombra. Fuentes expertas aseguran que ha sido una tala indiscriminada debido a que no había motivos aparentes, salvo alguna excepción. «Se han pasado bastante». Recuerdan que tradicionalmente se podaba a cabeza de gato. Por tanto, si se caía alguna rama era pequeña. Añaden que eran los últimos ejemplares originales de la avenida.