La población se echa a la calle en el primer día de encierros y capeas

La población se echó a la calle este sábado para vivir el primer día de encierros y capeas en la plaza Mayor de la ciudad trujillana, con motivo de los Carnavales. Las calles más céntricas se vistieron de gran colorido gracias a la participación, de un modo o de otro, de los vecinos en estos festejos taurinos. Muchos de ellos estaban disfrazados con diversas temáticas. La continua amenaza de lluvia respetó a esta recuperada celebración.

La jornada comenzó, según la programación, con los peligrosos astados en forma de carretones para los más pequeños. A partir de ahí, el público comenzó a juntarse en los establecimientos hosteleros para calentar motores. Pasada la 16.30 horas, se inició un largo encierro de subida desde la calle de Los Cabreros hasta la plaza Mayor. Uno de los inconvenientes para los corredores fue que el ganado se dividió y llegó partido al coso taurino. De hecho, se vivieron algunos momentos de peligrosidad y tensión.

Una vez los animales en la plaza, comenzó la capea. Se soltaron seis vacas, ya que una tuvo que ser recogida del recorrido del encierro, según fuentes de la organización. Jóvenes y adultos, con disfraz o sin él, dieron distintos pases. Este año, como novedad, se colocaron varios paquetes de pacas para que los más valientes se subieran. La nota negativa de estos festejos fue que hubo cuatro heridos leves que necesitaron la atención del equipo médico situado en la plaza. Uno de ellos, con un fuerte golpe en una pierna, fue trasladado al Centro de Alta Resolución de Trujillo, detallan estas mismas fuentes.

Uno de los integrantes de la asociación organizadora, Antonio Palacios, se mostró ayer contento del desarrollo de la jornada. Considera que los vecinos, un una vez más, respondieron. Según las primeras estimaciones, se vendieron el 80 por ciento de las 5.000 entradas puestas a la venta.