olegario gonzález prado
Jueves, 7 de enero 2021, 08:06
De niño yo quise ser poeta
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y quise ser como ellos.
¡Qué tontería...!
Ellos son supemacía
y no solo por aquello
que exige sabiduría.
De mayor lo intentaría.
¡Prudente! ¡Sin atropello!
Por si llegar no podía.
Pues solo las hondonadas
permiten profundizar,
y yo soy más de indagar
en llantos sin suspirar,
de penas interpretadas...
¡Si no hay lágrimas que secar!
Yo mismo creé mi estilo,
octavillas y sonetos
entremezclando tercetos,
pero con mucho sigilo
para no perder el hilo
del serventesio al cuarteto.
Darle sentido a las cosas
me parecía primordial,
transformando en celestial
música y letras hermosas.
Pues solo crecen las rosas
cuando se riega el rosal.
Seguro en mi arquitectura
profundicé en mis cimientos
que llené de sentimientos
para montar mi estructura,
poetizando su figura
a forma de sepultura
donde enterrar sufrimientos.
Con retazos de la vida
compuse razonamientos
para desvelar los cuentos
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y curar alguna herida,
que en los cuentos escondidas
esperan su gran momento.
Cuántas edificaciones
se deberían derrumbar
si hechas para especular
se pudiesen cambiar
ciertas especulaciones,
descubriendo corazones
que se pudiesen tocar.
¡Tal como el cielo astillado
sería muy triste de ver…!
No me gustaría ser
poeta desprestigiado
si al terminar mi tejado
¡¡Veo mis cimientos ceder!!
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