Indelebles
María Victoria Pablos Lamas
Viernes, 13 de junio 2025, 07:52
María Victoria Pablos Lamas
Viernes, 13 de junio 2025, 07:52
Respiro despacio, camino entre pensamientos, dicen que hacerlo se parece mucho a meditar. Mi trayecto con este tema comenzó hace mucho tiempo y el ... tiempo pasa cada vez pasa más deprisa...
Hay gente con la que conectas desde el primer momento. Es sencillo y fluye sin poder evitarlo. Podremos ser valiosos a partir de nuestras diferencias, diferentes en cuanto a principios, pero exactamente iguales en cuanto a la constancia del respeto. Todo irá bien.
El reconocimiento y valoración del concepto de amistad detona fuertemente en la adolescencia. La vida te enseña que es un concepto que evoluciona contigo.
Los amigos no son infinitos como las estrellas. Además, recordemos que la amistad es una relación recíproca: Llevamos, un pedacito del otro dentro... si es que es una relación sanamente constituida. Los ingredientes son: apreciación, respeto, confianza, autonomía, libertad y un poquito de admiración.
Si atraviesas en tu vida un momento complicado: complicado por falta de algún aspecto vital: falta de tiempo, por falta de calma o por falta de salud, los amigos se vuelven como pequeños oasis; capaces de secuestrar tu angustia y diluirla de un modo suave y cálido.
Si lo piensas un poco, nos hacen sonreír... Algunos son capaces de todo por hacernos mejorar (y sin poder evitarlo, nuestro ritmo arterial sincroniza con el suyo). Actuamos como una simbiosis natural donde el resultado es, sin duda, mayor que la suma de sus partes individuales. Resulta irremplazable ese lazo significativo.
Importantes... Nuestras personas importantes. Ojalá fueran eternas. Ojalá.
Mi pensamiento se proyecta hasta recorrer los rincones de mis luces vitales... y también, imposible de evitar, se va directamente al cielo... Sonrío desde un sentimiento pleno.
Pero la amistad no es un espejismo, es un vínculo que se construye con esmero. Por eso no todo el mundo puede estar ahí.
Aprendemos a valorar y tras cierto recorrido; llegamos al «no todo vale» en este plano tan importante y real. No cualquiera nos mueve y nos remueve.
Como acto recíproco también puede suceder que en nuestra parte del vínculo no actuemos en caso de necesidad de nuestro amigo... y ante amargas desgracias, sintamos culpabilidad irremediable por no cuidar y por no estar...
Por eso debemos actuar en cuanto nos revolucione el sentir. Sin dudarlo.
Encontraremos amistades que se sitúan en planos que orbitan a nuestro alrededor. No hace falta que estén físicamente siempre. Lo que de verdad valoramos es esa magia que surge cuando la alineación planetaria se produce; esa magia atemporal que siempre envuelve, y afina el tiempo compartido. Sabemos que no habrá una periodicidad para estas coincidencias maravillosas y no importará, porque las disfrutaremos con anhelo.
Y en duro contraste, todos tenemos el recuerdo de amigos que tuvieron que dejar de serlo y ello nos provoca sensaciones contradictorias. Y muchos devaneos de pensamiento. Porque los puentes de cariño y comprensión cuesta mucho admirarlos sabiendo lo imposibles de transitar que se tuvieron que volver.
Este proceso empieza siempre motivado por una desilusión y posiblemente por una herida. Y llega el mayor problema ¿cómo desprendes un puente...?
Ay del amigo que traicione nuestra confianza, nos utilice o nos extralimite sin escrúpulos...
Porque esta amistad estará tensando una cuerda que inevitablemente acabará rompiéndose. No necesitaremos llegar a convencernos de que algo no va bien. Lo sabremos, y simplemente obraremos en consecuencia.
Eso sí, Irrumpirá un tormento en el alma. Se convertirá en una herida que sangrará. Y hasta podría ser sentido como una especie de duelo. Detrás de las historias de amor de cualquier ser humano y muy cerquita de ellas, se encuentran las historias de amistad siendo una parte muy notable de nuestra identidad.
Por si acaso, vivamos a nuestros amigos regalemos luz mutua, acompañemos su travesía; aprendamos con ellos, con los amigos de nuestros padres; con los amigos de nuestros abuelos; de nuestros hijos... Observemos, crezcamos, cuestionemos... pero siempre agradezcamos. Trascender es habitar el pensamiento de otras personas y mantener viva su energía en nosotros.
Todos los seres formamos un tejido vivo incuestionable.
Dedicado a todos los que al leer sonríen. ¡Indelebles!
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.