María Isabel Pablos presenta su renuncia como dirigente de Cáritas

Voluntaria de Cáritas hace más de 30 años, María Isabel Pablos cogió las riendas como directora de la entidad hace 19 años, tras el fallecimiento de su anterior dirigente, Emilio Muriel. Ahora, su intención es dar un paso al lado para que coja otra persona este cargo de responsabilidad. Esa renuncia formal la presentó hace unos días, en la asamblea general de la organización, con la presencia de tan solo once socios, de un total de 180. Pablos también forma parte del consejo diocesano, como integrante del Arciprestazgo de Trujillo.

Esta responsable, con cierta añoranza, reconoce que esta decisión la lleva valorando ya hace tiempo. Ahora, se han dado unas circunstancias personales que le han hecho dar ese paso. Asimismo, considera necesario que los cargos de responsabilidad en cualquier institución se renueven para que entre savia nueva, con ideas renovadas. No obstante, matiza que continuará como directora en funciones, hasta que entre otra persona. Igualmente, su intención es seguir vinculada a Cáritas, como voluntaria, ayudando a los nuevos responsables en otras tareas.

Pablos destaca que lo más importante de la labor desarrollada, en estos últimos 19 años, ha sido el poder ayudar y dar un servicio a los demás en diferentes materias. También le ha servido para conocer a muchas personas. «Cáritas es una gran familia», detalla. Asimismo, recuerda que, incluso, en épocas no demasiada buenas, se ha dado continuidad a los proyectos. «Esto es un trabajo de todos, aquí no somos más que nadie», matiza.

A uno de los programas que más vinculado ha estado ha sido al del centro de transeúnte, para atender, de forma diaria, a los hombres y mujeres que buscaban un cobijo. De hecho, ahí comenzó como voluntaria, hasta que se cerró por la pandemia. Por ello, espera que este servicio se pueda volver abrir lo antes posible «Es la espinita que me llevo dentro, si no se abre». También reconoce que se necesitan voluntarios comprometidos para este tipo de prestaciones.

María Isabel Pablos reconoce que, en ocasiones, hay vecinos y vecinas que critican la labor que se lleva a cabo. «Esas personas deberían entrar, trabajar y ver el funcionamiento. Aquí, se estudia cada caso, con personal cualificado», aunque nadie está libre de equivocaciones, añade.

Considera, asimismo, que la próxima persona dirigente de Cáritas debería tener disponibilidad, empatía y paciencia, además de vocación de entrega hacia los demás. Asimismo, «creo que debe ser persona de Iglesia. No hay que olvidar que Cáritas es una parte de ella». Insiste en que, aunque renuncie a este puesto, estará disponible para apoyar en todo lo que se necesite, pero ya como una voluntaria y socia más.

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