

JOAQUÍN PAREDES
Martes, 19 de mayo 2020, 02:52
Desde hace algún tiempo viene poniéndose de moda utilizar algunos términos que, aunque parecen decir grandes cosas, no son, desde mi punto de vista, sino una forma más de tener entretenido al personal con juegos de palabras y malabares. Algunas son tan importantes que vienen utilizándose ya desde hace años.
La primera a la que quisiera referirme es la palabra 'posverdad', que, aunque parezca nueva no lo es tanto. Según parece surgió en el año 2010 y tiene que ver principalmente con una 'mentira emotiva'; es decir distorsionamos deliberadamente la realidad para influir sobre las emociones y las creencias personales con la intención de modelar la opinión pública e influir sobre las actitudes sociales. Ya sabrán que los principales artífices de la Posverdad son la clase política, principalmente la gobernante y aquella que tiene en sus manos a los medios de comunicación de masas. En definitiva y como decían nuestros abuelos: «De lo que oigas y leas cree la mitad y de la mitad, la mitad».
El siguiente 'palabro' con el que nos tienen entretenidos es el de 'la nueva normalidad', de la que parece ser que hasta tenemos un plan para llegar a ella. Para mí existe una contradicción en esta palabra y de tanto verbalizarla (tanto usarla en lenguaje verbal) ya se nos ha quedado en la cabeza como la cosa más habitual del mundo. Todos tenemos más o menos claro lo que es normal, es decir aquello que se ajusta a orden establecido y resulta por lo tanto 'normal', aquello que se nos escapa de lo normal evidentemente se nos hace extraño y por lo tanto no es normal. Por eso resulta difícil entender 'la nueva normalidad'. Tal y como nos lo dicen, parece que será una imposición, algo que estaremos obligados a hacer ya que no seremos seres normales, sino unos Blade Runners en esta nueva sociedad.
He dejado para el final la palabra 'desescalada', palabra que ni siquiera existe, y su uso no es recomendado por la Real Academia de la Lengua, no así la FUNDEU, Fundación del Español Urgente, que permite su uso tan solo para lo que pasa actualmente.
Esto me recuerda al siguiente diálogo extraído de una película basada en el gran libro de Camilo José Cela 'La Colmena':
.- Permítame que le presente a Tobias Martín. Inventor de Palabras, Don Ibrahin de Ostalaza, ilustre Jurista.
.- Encantado de conocer a otro Poeta.
.- Poeta yo…no, no, no. Yo jamás he sido capaz de unir más de tres o cuatro palabras, yo soy un inventor de palabras, un creador del lenguaje, con lo cual contribuyo a enriquecer el léxico patrio.
.- Matías es un suministrador de materia prima del lenguaje. Lo que Isaac Peral hizo con el submarino, Martín lo hace con las palabras.
.- Lleva inventadas más de mil.
Esto es lo que a mí me sugiere la palabra 'desescalar', un simple juego de palabras inventadas no por Tobias Martín, sino por los actuales enriquecedores del léxico patrio. Y el problema es que todos damos por buena la palabra y la usamos como si tal cosa. Esperemos que solo se inventen esta y no lleguen a la cantidad a la que llegó Tobías Martín. Largo se nos iba a hacer el confinamiento.
Tomémoslo con humor y busquemos en nuestro diccionario palabras que nos ayuden a sonreír y a pasar este trance de la mejor manera posible, yo les propongo una, también muy usada últimamente en el mundo de la psicología, 'resiliencia', palabra que proviene de la física, pero que aplicada a la psicología viene a explicar la capacidad que tenemos las personas de volver a la normalidad una vez superado un trance en nuestra vida, ya sea una muerte de un ser querido, un accidente o cualquier circunstancia traumática, como una pandemia.
Salud y buenos alimentos
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