Hace unos cuantos días comenzaron a poner mensajes para ir calentando el ambiente para la jornada de hoy. El objetivo, un año más, es celebrar por todo lo alto el Domingo de Resurrección, más conocido como el Chíviri, en la plaza Mayor trujillana.
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Es el grupo de Whatsapp de los amigos del jamón, pero podría ser de cualquier trujillano o trujillana que vive cada edición de esta jornada de forma especial. Y es que esta fiesta, declarada de Interés Turístico Regional, se compone de tradiciones que se mantienen a lo largo del tiempo y de pequeñas historias que hacen que no se pierda su esencia.
En esta ocasión, está protagonizada por el grupo de amigos formado por Antonio Alvarado 'Ñeke', Patricia González, Pepín Paredes, Amparo Izquierdo, Ana Iglesias, Gorka Iturbe, así como Miguel Porras, Yolanda García, Luis Gómez, Ana Arroyo, Arantxa Iglesias y Robert Martínez, además de algunos familiares. La mayoría de ellos lleva viviendo el Chíviri desde la niñez. Tanto antes, como ahora no suelen faltar a esta cita con los trajes de pastora, con refajo o pollera, y con el de pastor, con la chambra, sin olvidar el pañuelo rojo.
En los últimos días, al grupo de Whatsapp de estos trujillanos no han parado de llegar mensajes, no solo para el tema de la organización de este día. También se han intensificado al saber que este diario quería hablar con ellos. A partir de ahí, han ido recordando anécdotas de más de dos décadas de convivencia, así como de la forma qué surgió.
Ataviados con los trajes típicos, este grupo de amigos se une cada año en la plaza Mayor alrededor de un jamón, una tradición que perdura desde hace más de 20 años. Ya se ha convertido en elemento imprescindible. No solo sirve para que recobren fuerzas estos protagonistas, sino que también lo dan a degustar a toda persona que pase por su lado, con gran aceptación. Al final, solo queda la pata.
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Uno de los componentes, Ñeke, recuerda que la idea de ese jamón surgió en los 90, cuando su amigo Pepín Paredes, algo más joven, ganó una pata en un concurso de tirada al plato. Lo comieron ese año en el Chíviri. Al siguiente «comenzamos los amigos, con cierta gracia, a preguntarle si iba a traer, de nuevo, otro para esta fiesta y así lo hizo», señala Ñeke.
No obstante, el grupo, de una forma fija, se formó en el año 2000. Fue la primera vez que participó Gorka, natural de Vitoria, del Chíviri. «Nuestra amiga era Ana, ahora su mujer, y nos juntamos ese año con sus familiares y desde ese momento ya somos fijos durante esta jornada», explican.
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El encargado de llevar el jamón, desde los inicios, es Pepín Paredes. «Es una ley no escrita y así se fijó la primera vez que lo trajo», reiteran de forma jocosa. De hecho, no faltó a esta cita, ni siquiera, el año de la pandemia, con el confinamiento. Paredes mandó el sábado antes del Chíviri bandejas de jamón a los hogares de estos amigos para que ese domingo pudiesen celebrar esta característica fiesta como lo habían hecho siempre. En esta ocasión, lo tuvieron que hacer a través de videollamada.
Tanto este domingo en la plaza Mayor, como en ediciones anteriores, el resto de componentes del grupo lleva otras viandas que se unen al jamón, como el queso y chorizo, además de diferentes bebidas. Con todos estos elementos se suelen situar siempre en el mismo lado, junto a otros grupos de amigos.
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A partir de ahí, entre baile y baile y canción y canción típica de este día, primero Pepín y luego el resto, suelen ir cortando ese jamón poco a poco para darlo a degustar. «Pasa por nuestro sitio mucha gente, entre amigos y conocidos, además de turistas», explica Ñeke. No falta también la visita de los hijos, en algunos casos ya adolescentes, que han vivido esta tradición desde que eran pequeños.
Este grupo, además, suele protagonizar numerosas fotografías, tanto de trujillanos, como de turistas sorprendidos por la estampa y previa degustación de esos manjares. En esas instantáneas, el jamón, de una u otra forma, siempre está presente.
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A lo largo de estos años han tenido un sinfín de anécdotas con su particular 'ejemplar'. Cuando eran más jóvenes, alguna vez terminó encima del escenario e, incluso, en la zona de los locales de ocio. También, una vez tuvieron algún que otro problema por la utilización de un cuchillo en una fiesta multitudinaria. Al final, todo quedó en un mal entendido. No obstante, al año siguiente lo recortaron y quitaron la punta, porque «la gracia es cortarlo en el momento y ofrecerlo», explican.
Para este Chíviri ya lo tienen todo preparado. A las doce, la orquesta Pizarro comenzará a entonar esas canciones tradicionales de esta jornada festiva.
A partir de ese momento, poco a poco, comenzará a llenarse la plaza Mayor, en donde no faltará este grupo de amigos, con jamón y cuchillo en mano, así como otros cientos de participantes, ataviados con el traje tradicional, para mantener una de las fiestas más características de la ciudad trujillana.
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