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Martes, 3 de septiembre 2024, 07:37
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El ingeniero de Obras Públicas y de Caminos, Antonio Jiménez, es un apasionado de los puentes históricos. Reconoce que se hacían las cosas muy bien hace siglos. Prueba de ello es que, frente a las grandes estructuras actuales de hormigón, «en nuestro término hay puentes con una antigüedad de 500 y 600 años que siguen en pie», sin mencionar el puente romano de Alcántara, apunta este trujillano.
Ese interés, unido a que «estaba harto de ver en los planos topográficos del Instituto Geográfico Nacional puentes catalogados como romanos cuando no lo eran», ha provocado que se convierta en un gran estudioso de este patrimonio, centrado en la provincia de Cáceres.
Jiménez ya publicó en 2017 tres tomos sobre 'Puentes históricos en las Tierras de Trujillo', una investigación que le llevó siete años. Ahora, acaba de ver la luz un cuarto tomo, que completa ese estudio, titulado 'Puentes históricos de las Villuercas, los Ibores y la Jara Cacereña', editado por Palacio Barrantes Cervantes, con la colaboración de la Fundación Obra Pía de los Pizarro. Su presentación tuvo lugar hace unos días, junto con la directora de la entidad, Beatriz Moreno, y el teniente de alcalde trujillano, Eduardo Diz.
Este investigador recuerda que se trata de un catálogo de puentes, fruto de un estudio exhaustivo con rigor científico. Para ello, explica que se han tenido que consultar diferentes archivos y bibliotecas. No obstante, gran parte de la documentación utilizada proviene del Archivo de Simancas. Reitera, además, que con estos cuatro tomos se «valoriza el patrimonio, porque se desmienten muchos bulos sobre distintos puentes». Destaca también que, al seguir un rigor científico, se pueden datar con precisión los estilos arquitectónicos. Mientras que en los primeros tres tomos Jiménez hizo el estudio siguiendo caminos o cauces fluviales, este cuarto lo ha realizado por términos municipales.
El autor insiste además que ha realizado un barrido territorial de lo que quedó pendiente en los primeros volúmenes para elaborar la nueva obra. «Con este cuarto tomo, se completan las Tierras de Trujillo de forma general, pertenecientes a la corona de Castilla», sostiene.
Con esta premisa, se inicia el recorrido por Villuercas, revisando puentes de Guadalupe, Alía o Logrosán, para continuar por Ibores, con estructuras situadas en poblaciones como Castañar, Bohonal y Navalvillar, entre otros municipios de la zona. Este recorrido termina en La Jara, mencionando puentes como los de Villar del Pedroso, Navalvillar de Ibor o Valdecasas de Tajo, según se detalla desde la editorial. También se incluyen los grandes puentes sobre el Tajo. «Cada capítulo es una relación detallada de las estructuras que han soportado el peso de la historia en los diferentes municipios», apuntó Beatriz Moreno en la presentación. Asimismo, destacó que el autor invita a valorar estas estructuras no solo como obras de ingeniería, sino como parte del patrimonio.
Antonio Jiménez reconoce que hay puentes muy singulares, como el de Villarta de los Montes, que se construyó en el siglo XIV, en estilo gótico-mudéjar, así como el Puente del Conde de Miranda, cubierto por el embalse de Valdecañas.
Ahora, su próximo objetivo es sacar una nueva publicación sobre los puentes históricos de las Tierras de Cáceres. De hecho, ya ha comenzado este estudio. También le gustaría lanzar una segunda edición de los tres volúmenes sobre los puentes históricos de las Tierras de Trujillo.
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