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María Victoria Pablos Lamas
Hormigas de hormiguero, pero sobre todo exploradoras
Reflexiones desde la ventana

Hormigas de hormiguero, pero sobre todo exploradoras

«Todos desde nuestras cuatro paredes y el ánimo que cada uno hayamos podido cultivar tendremos que engranar lo mejor posible»

María Victoria Pablos Lamas

Sábado, 11 de abril 2020, 02:13

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Son tiempos difíciles para el ánimo. Con trabajo cada día hago un borrón y una cuenta nueva cuando amanece. Es más fácil si sale el sol. No me propongo nada más allá de cuidar de los más cercanos inventando tonterías nuevas, y de los que no tengo la posibilidad de abrazar de cualquier manera virtual posible.

Acabo el día agotada y muchos días con el corazón roto... La realidad es que no volveremos a ser los mismos.

La vida nos cambió sin esperarlo y vivimos en un mundo marciano impuesto y asumido con responsabilidad. Ahora viajamos... sin viajar, como en una montaña rusa, cada uno en nuestra casa, con el pensamiento sobre todo.

En estos días me he dado cuenta de muchas cosas.

Soy docente. Y pienso mucho en mis alumnos. Pero ahora más, que he perdido el contacto con una parte importante. La más vulnerable.

Desde mi humilde despliegue de medios digitales, comparto con ellos contenidos, trabajos e impresiones. Intento romper su rutina y rescatar su mente el ratito que le dedican a mi asignatura, que es Educación Plástica para unos y Dibujo Técnico para otros.

Pero... si en el día a día los adolescentes no comunican demasiado sus sentimientos, imaginaos cómo nos va a través de un modo telemático.

Me preocupa no leer en ellos casi nada emocional. No sé trabajar con ese sesgo vital.

En estos tiempos del coronavirus nos ha tocado a la comunidad educativa, incluyo familias, ser hormigas. Hormigas de hormiguero, pero sobre todo exploradoras, invisibles pero muy activas y muchas veces aturdidas, sordas, por no decir cansadas...

Han llegado las vacaciones para darnos un pequeño respiro a todos. Un respiro... En el que las cuatro paredes de nuestra casa son el límite físico. Resulta muy difícil.

Mis alumnos... ¿Sentirán que son vacaciones? ¿Serán capaces de buscar y encontrar satisfacciones constructivas en su hogar...? Yo conozco la realidad difícil de algunos de ellos y me preocupa.

Desde mi pensamiento me atrevo a soñar: ¿Cómo me gustaría que fuera el tercer trimestre ahora que casi casi, nos dejan entrever que vamos a seguir como estamos...?

Pues yo creo que debería ser un tramo educativo con el único objetivo de mantener su equilibrio vital.

Muchas han sido las quejas sobre el volumen y la exigencia de trabajos a través de Rayuela y otros medios de conexión.

Los profesores hemos hecho un final de evaluación que rompió todas las planificaciones y no dejó lugar a la evaluación final tradicional de trimestre. Ajustamos todo lo que pudimos, en dos días éramos capitanes hormigas telemáticas...

En algunas cosas nos hemos equivocado. Y como siempre tomamos buena nota de ello.

Todos esperamos directrices regionales, y mientras nos llegan sabemos y somos conscientes de que nos queda mucho por aprender, nos queda mucho por mejorar y que carecemos del contacto humano que hace posible la empatía, la motivación y la ilusión del alumnado. El calor del intercambio personal grupal es insustituible.

No paro de pensar en mis alumnos y en sus familias.

El periodo lectivo que nos queda por afrontar es un reto. Pero no es un desafío cualquiera. Todos desde nuestras cuatro paredes y el ánimo que cada uno hayamos podido cultivar tendremos que engranar lo mejor posible, así como hacen las hormigas dentro del hormiguero; casi invisibles, bien coordinadas, como exploradoras de lo desconocido, incansables (por el bien de la comunidad) en busca del nuevo rumbo.

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