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Domingo, 23 de junio 2024, 11:34
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a pasado por sus manos todo tipo de eventos, desde dos cumbres hispano-lusa, hasta la organización de festivales, pasando por obras de teatro y fiestas patronales. En sus primeros años, también realizaba juegos infantiles, gincanas y cursos. Durante 35 años, «he hecho un poco de todo», siempre con un sentido del humor característico y ocurrente. Ahora, la voz que ha dado paso a muchas de esas citas culturales se jubila.
Se trata de Carlos Murillo, el referente municipal de la gestión cultural. Eso sí, su teléfono sigue sonando para resolver algunas dudas de su departamento.
Murillo ha estado siempre muy ligado al mundo del deporte y a colectivos sociales. Entró en el Ayuntamiento en 1989. En ese momento, accedió como animador sociocultural, mediante una subvención de la Diputación de Cáceres. «Era la época en la que la Diputación cubría una serie de necesidades que tenían los ayuntamientos». Eran contratos de un año, que se iban renovando hasta un máximo de tres. A partir de ahí, se hizo cargo el Consistorio.
Recuerda que en ese momento no había como tales concejalías de Cultura o de Juventud. Tampoco había nadie en Turismo. En Festejos, terminaba su comisión organizadora, «por lo que me tuve que hacer cargo de las fiestas». Con el tiempo, el Ayuntamiento fue contratando personal y se fueron mejorando los servicios. Murillo considera que en esos años se pusieron las bases de muchas propuestas, que ya están consolidadas, como las fiestas de distintos núcleos de población o semanas culturales. «Se crearon esos mimbres para que fueran caminando por sí solas», detalla.
A mediados de los 90, ya se quedó solo con la gestión de Cultura y Festejos, aunque siempre ha sido un comodín para el Ayuntamiento. Prueba de ello es que en muchas ocasiones ha sido el enlace con la prensa local. También ha presentado multitud de eventos con su voz característica, entre otras muchas tareas.
A la hora de programar, reconoce que no solo se trata de la elección de una actuación. También hay que tener en cuenta el trabajo que conlleva, como la contratación del equipo de luz y sonido, el alquiler de sillas y su colocación en el caso del castillo o la distribución de escenarios para diferentes eventos en determinadas épocas del año. Reconoce que es muy importante la planificación y la organización.
A pesar de esa labor de tres décadas, asegura con cierta ironía que «sigo sin saber lo que le gusta al público trujillano». Y es que ha comprobado que algunos espectáculos han funcionado bien en un interior, pero luego se ha echado de menos al público, por ejemplo en el castillo, con la misma actuación. Al día de hoy, sostiene además que no sabe si es bueno programar un viernes en el teatro Gabriel y Galán o un sábado. «Es una lotería», detalla con cierta sonrisa.
Murillo resalta que se suele programar en función de las distintas actividades, actos y festejos que hay en Trujillo. Sin embargo, opina que no estaría mal seguir la aportación que le hizo el gerente del programa estatal de espectáculos de artes escénicas Platea. Le indicó que se debería acostumbrar al público a que un día determinado de la semana o del mes siempre hay teatro o un espectáculo. A partir de ahí, el resto de organizaciones locales ubicarían sus propuestas.
Este técnico municipal pone de manifiesto igualmente que lo mejor de su trabajo ha sido que ha conocido a muchas personas, famosas y no famosas y su trato. Entre ellas, resalta la figura del director de cine, Ridley Scott. «Es uno de los genios que he conocido». También destaca al cantante Carlos Cano, con el que tuvo la oportunidad de pasear y «me impresionó». Murillo también agradece la colaboración que siempre ha tenido de las asociaciones para diferentes eventos.
En este repaso de 35 años, recuerda que la ciudad trujillana comenzó a trabajar en un proyecto que ahora está de moda, como es Puy du Fou, en Toledo. Apunta que la Junta de Extremadura quería hacer una recreación histórica por detrás del castillo. Al final, no se terminó de ejecutar.
También pone de manifiesto que se han quedado por el camino propuestas que han funcionado, como festivales de música o 'Las noches mágicas del Castillo'. «A veces, en política, porque lo hacen unos o los otros, se corta. Si funciona, debería seguir».
Este gestor cultural opina también que hay que seguir apostando por la celebración de espectáculos en el patio de armas del castillo, porque «es lo que nos diferencia de los demás». Apunta que campos de fútbol y plazas de toros hay en todos los sitios, pero la alcazaba trujillana es única. «Todo el mundo que actúa en el castillo nos dice que es un sitio mágico». Reconoce que cada vez hay más eventos que necesitan un gran montaje. Sin embargo, cree que se podría restringir y ajustar esa infraestructura para poder actuar entre las murallas.
Más allá de este inconveniente, remarca que cada vez es más complicado programar debido a la gran burocracia que hay que hacer. Además, no siempre se puede contratar el espectáculo que un equipo de Gobierno quiere, debido a que se tienen contratos cerrados y exclusivo o existen requisitos que no se pueden cumplir.
Alejado ya de estas circunstancias, reconoce que a partir de ahora podrá disfrutar de todas las actuaciones. Explica que antes siempre se estaba en tensión. porque había que estar pendiente de muchos aspectos. Además, «había que adelantarse a cualquier cosa que pudiese ocurrir».
Carlos Murillo ya ejerce como jubilado. Por tanto, disfruta de una vida más tranquila, con sus paseos, la lectura y ver deporte. En verano, también es un asiduo a la piscina municipal. «No necesito hacer muchas cosas para ser feliz», añade.
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