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Marta de la Jara Suero, a la izquierda, y la intérprete Sonia Sánchez, en la plaza Mayor de Trujillo. JSP
Un traductor de la lengua de signos en tiempo real

Un traductor de la lengua de signos en tiempo real

Proyecto innovador ·

Marta de la Jara Suero, natural de Ibahernando, forma parte de un proyecto que pretende mejorar la comunicación entre personas sordas y oyentes

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Sábado, 23 de marzo 2019, 16:56

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Su nombre hace gala a uno de los iconos de su población, la Virgen de la Jara. También es una muestra más del apego que siente por su tierra. De hecho, siempre que puede, hace una escapada para ver a familiares y amigos. En la actualidad, vive en Madrid, un lugar donde que le han abierto muchas puertas. Se trata de Marta de la Jara Suero Cabrera, natural de la población de Ibahernando. Esta viveña forma parte del equipo de doce personas de la empresa 'Showleap', que está desarrollando un proyecto para facilitar la comunicación entre personas sordas y personas oyentes en tiempo real, mediante un innovador traductor.

Marta, única sorda de este equipo, está especializada en lengua de signos. Por todo ello, se convierte en pieza fundamental de esta iniciativa que poco a poco va cogiendo forma. «Mi objetivo es que las personas sordas y oyentes se puedan comunicar fácilmente», apunta.

Aunque para ella, su sordera nunca le ha supuesto grandes problemas, ante una entrevista prefiere contar con una intérprete de lengua de signos. «Va a quedar mucho mejor», decía a través de whatsApp, días previos al encuentro con HOY. A pesar de ese apoyo, reconoce que se puede defender con cierta facilidad. Su expresividad a la hora de comunicarse también ayuda a ello.

Su empresa trabaja en un software que podrá leer la lengua de signos con una webcam y pasarla a texto o voz

La complicidad en la entrevista aumenta cuando la intérprete de lengua de signos es una antigua compañera del colegio, la trujillana Sonia Sánchez. La sorpresa fue para ambas. Mediante esta profesional y sentadas una en frente a la otra, Marta comienza a explicar el desarrollo de este proyecto y su labor. Apunta que, con una cámara, se va grabando signo a signo en una base de datos y se van traduciendo a la lengua oral. El objetivo es ir aumentando esa base de datos para que sea reconocido el mayor número de signos. Esas grabaciones que van haciendo distintas personas son supervisadas por Suero Cabrera.

Diseñar el software

Matiza que también se debe tener en cuenta que cada movimiento de una persona es diferente, al igual que la voz es distinta en cada uno. A partir de ahí, se hacen frases en lengua de signos y oral. Reitera que «este proceso es muy importante para que, después, los ingenieros cojan los vídeos y puedan diseñar el traductor». Se trata de un software que podrá leer la lengua de signos que se recoja con una webcam de un ordenador o tablet y los podrá pasar a texto o voz. Todo ello es posible gracias al importante equipo que forma la entidad, añade al respecto.

Antes de llegar a este proyecto, Marta ha ido abriendo puestas desde muy pequeña. Perdió gran parte de su audición por una infección. Recuerda que, a los once años, unos profesores del colegio dijeron a sus padres que lo mejor para ella es que se fuera a Madrid, porque había muchos más recursos. Dicho y hecho. A esa edad, se trasladó a la capital «a uno de los mejores colegios».

Marta en la grabación de signos
Marta en la grabación de signos HOY

Después, volvió a Cáceres a estudiar Administrativo, entre otros estudios. Seguidamente, aprendió la lengua de signos para poder ejercer como profesora. Tras estos estudios, trabajó para la asociación de personas sordas de Cáceres. También ha estado dando clases en diferentes colegios y academias e, incluso, ha sido cajera en Primark en pleno Gran Vía de Madrid. Hace algo más de un año, entró en Showleap, su actual empresa.

Sin impedimentos

A través de la intérprete trujillana, insiste una y otra vez que su sordera no le ha impedido hacer lo que se ha propuesto. Prueba de ello es que esa lengua de signos la aprendió a los 21 años. Aunque le ayuda en su día a día, antes, no tuvo problemas para comunicarse. Considera que ha tenido inconvenientes y escollos, como cualquier otra persona, oyente o sorda.

Sí es cierto que, en ocasiones, echa de menos algunas adaptaciones que facilitarían determinadas situaciones cotidianas. Ejemplo de ello es cambiar avisos sonoros, por ejemplo, en el médico, por alguna luz o un número. «En estos aspectos vamos poco a poco, pero todo no se puede tener», señala. «Siempre me he defendido yo sola y me ha ido bien». No obstante, le gustaría que hubiera una mayor sensibilidad y que se conociera más el mundo de las personas sordas, ya que hay diferentes grados y niveles. A este respecto, asevera que puede faltar algo de concienciación en la sociedad, quizá, porque no se conoce. «Cuando ves a una persona moviendo las manos, uno se sensibiliza», añade.

A esta vecina de Ibahernando, con residencia en Madrid, le gustaría trabajar en Extremadura. No tiene dudas de que la calidad de vida es mayor. Si embargo, asegura con cierta resignación que la capital de España tiene muchas más oportunidades y salidas profesionales y personales para ella. Además, se muestra contenta con este nuevo proyecto, que fue presentado en el 'Mobile World Congress de Barcelona, a través de la Fundación Vodafone'. Marta incide en que esa participación en este congreso supuso una gran experiencia. Añade, a través de la lengua de signos, que está teniendo una buena aceptación.

La conversación termina con signos internacionales de agradecimiento, sin necesidad de interpretación.

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