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Eugenio Albalate, a la izquierda, junto al que será nuevo párroco de La Cumbre, Luis Miguel Pérez JSP
«Me siento en la necesidad de estar cerca de mis padres, de ayudarlos y cuidarlos»

«Me siento en la necesidad de estar cerca de mis padres, de ayudarlos y cuidarlos»

despedida ·

Eugenio Albalate se marchará de Trujillo para ser nuevo párroco en localidades cercanas a su familia y será sustituido por Juan Carlos Millas, que ya estuvo en la ciudad

Sábado, 12 de junio 2021, 09:35

Ya hacía unos meses que había tomado la decisión y así se lo había solicitado al obispo de Plasencia, José Luis Retana. El párroco de Trujillo, Eugenio Albalate, que tomó posesión en la ciudad el 7 de octubre de 2018, se marcha como párroco a otras localidades. El motivo es para estar más cercas de sus padres. «Están delicados. Por tanto, me siento en la necesidad de estar cerca de ellos, de ayudarlos y cuidarlos», sostiene.

A partir del mes de septiembre, dirigirá la unidad parroquial formada por Orellana La Vieja, que está a pocos kilómetros de su casa familiar, Madrigalejo, Orellana de La Sierra, Acedera y Vegas Altas. Con él estará como vicario parroquial, el actual sacerdote de La Cumbre, Edwin Alejandro Jiménez, además de un diácono, al menos, durante un año.

Ante la marcha de Albalate, volverá a la ciudad, en esta ocasión como párroco, Juan Carlos Millas. Ya estuvo como vicario en la parroquia de San Francisco, junto a José Conde. Natural de Riolobos, en la actualidad está como párroco en Baños de Montemayor y la Garganta. Está a punto de acabar el doctorado de Teología y es también director del instituto de Ciencias Religiosas, además de llevar la formación del clero en la Diócesis de Plasencia. Luis Miguel Pérez se convertirá el nuevo párroco de La Cumbre, Plasenzuela y Santa Ana.

Eugenio Albalate reconoce que la decisión de marcharse de Trujillo ha sido difícil. «No es lo que más quiere uno, pero hay razones poderosas». Matiza que la confirmación del traslado se lleva a cabo ahora, cuando se han producido unas vacantes, con la marcha de dos sacerdotes. De hecho, una vez que comunicó al obispo su deseo de marcharse para poder estar más cerca de sus padres, no puso ningún tipo de opciones ni condiciones, «ni debo». Con los nuevos traslados, se ha aprovechado esta situación para estar en poblaciones próximas a sus familiares.

Segunda etapa

El todavía párroco trujillano afrontaba su segunda etapa en Trujillo, ya que estuvo como vicario durante casi ocho años en la parroquia de San Martín, junto Francisco García. Tras un tiempo en Guareña, volvió a la ciudad trujillana en octubre de 2018. En estos últimos años, ha tenido que afrontar nuevos retos. Uno de ellos era la unificación de las dos parroquias, al menos, en el trabajo pastoral, ya que administrativamente «siguen separadas», remarca. En esa línea se ha trabajado, junto al vicario Juan Manuel García, «que es un trabajador innato y es un fiel amigo, que le estaré siempre agradecido».

Eugenio Albalate considera que el paso de estos casi estos tres años «ha sido muy singular», ya ha estado protagonizado por la pandemia y la covid. Cuando ya se llevaba unos meses trabajando, con reuniones, con el fin de organizar cosas y de renovar, llegó la crisis sanitaria. A partir de ahí, «se paralizó todo». Ante esta situación, se han ido tomando las medidas según las circunstancias, dando respuestas a las situaciones nuevas que se han ido dando. «Uno se va como estéril por no poder hacer la labor deseada». A pesar de ello, cree que se ha iniciado una época nueva, con es esa unificación de las parroquias. También quiere «pedir perdón, porque habré cometido fallos y habré realizado muchas cosas que no son las mejores».

Este sacerdote reconoce que se marcha con mucha pena, puesto que, con estas dos épocas, «ya me considero como de la ciudad». Reconoce que se siente querido por muchas personas. «Lo voy a echar mucho de menos». Su mensaje es que «me voy con dolor, me hubiese gustado estar mucho tiempo más y llevaré a Trujillo conmigo a donde quiera que vaya». A pesar de ello, reconoce que una tercera etapa en la ciudad trujillana es complicado que se produzca.

Albalate seguirá siendo vicario episcopal.

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