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Joaquín Paredes
Reflexiones desde la ventana

Una generación se nos va

«Los muertos que habitan las cunetas, que los hay, esperan de nosotros algo más. Esperan que TODOS les reconozcamos sus hechos, su valentía»

Joaquín paredes

Lunes, 28 de septiembre 2020, 00:52

Todo indica que estamos ya en puertas de la segunda ola de este mal sueño llamado 'Pandemia COVID-19', uno que siempre creía que las olas eran algo refrescante, divertido, a veces emocionante por su intensidad, algunas nos decían que peligrosas y siempre nos avisaban de que tenían resaca. Pues bien, ahora resulta que las olas también son golpes que nos da la vida a base de infectados y fallecidos por culpa de un virus maligno.

Cuando éramos pequeños y jugábamos con las olas del mar, por nuestro bien, sabíamos cuando la ola era de las de jugar y cuando era de las de agacharnos dentro del agua, escondernos y dejar que pasara. El símil podría servirnos para entender que es lo que, según mi modesta opinión, hemos hecho mal en esta segunda ola. Si la primera ya nos golpeó, en esta teníamos razones suficientes para habernos agachado, quedarnos a resguardo en casa, y dejar que pasara. Sin embargo, le hicimos frente, como valientes que somos, y la ola parece que nos esta golpeando y de lo lindo.

Lo peor de todo es que tanto en esta segunda Ola como en la primera, estamos perdiendo unas generaciones cargadas de valores y nos hemos olvidado de ellos, tanto de las personas como de los valores que nos trasmitieron. La gran mayoría de la gente que esta falleciendo en esta pandemia, son gente del entorno de 80 años para arriba. Ya sé que hay casos de menor edad, y bastantes. No me olvido de ellos y de las aportaciones valiosas que aún les quedaban por hacer a nuestra sociedad. Pero ínsito, la mayoría tiene alrededor de 80 años.

Estas personas nacieron al final de los años 30 y década de los 40. Es decir, ni siquiera ellos vivieron nuestra guerra civil, más bien la sufrieron y ayudaron a construir un país en Paz. Un país gobernado por un dictador (todos estaremos de acuerdo) que murió en la cama (también todos estaremos de acuerdo). Si enumeráramos los dictadores que han muerto en su cama podríamos quedarnos sorprendidos, a modo de ejemplo citaríamos a Joseph Stalin, amo de todas las Rusias, el Generalísimo Francisco Franco, General Porfirio Díaz, Marcos en Venezuela, Rojas Pinillas en Colombia, Stroesnner en Paragua y eso sin citar la cantidad de ellos que aún hay sobre todo en África. A lo que íbamos, ahora nos resulta más importante despedir a los fallecidos en la contienda civil española y en el franquismo, que a aquellos que dieron su vida por construir la paz y llevar a este país a sus mejores tiempos de estado del bienestar. Nunca España tuvo tanto tiempo de Paz y bienestar que los últimos 45 años (salvando claro está los escollos de ETA y las corrupciones de unos y otros que tanto daño han hecho).

No seré yo quien diga que no es necesario tener una ley que rinda homenaje a los caídos en la guerra civil y en el franquismo, para nada. Pero esa ley solamente tendrá validez cuando cuente con el consenso de todas las fuerzas políticas, con el reconocimiento de todos. Mientras no sea así y se aprueben por mayorías minoritarias que necesitan buscar apoyos en algunos casos irracionales y anti natura, nos pasará como con las leyes de educación, que se aprueban siempre al albur de quien nos gobierna y nunca tienen carácter indefinido, sino periodo de caducidad, el mismo periodo que tenga el gobierno de turno.

Y mientras tanto una generación se nos va, una generación que nos enseño a vivir en paz, a convivir con nuestras diferencias, a aguantar malos momentos, a hacer lo posible para que pudiésemos estudiar y tener una mejor vida y un mejor trabajo, una generación que cuidó de nuestros hijos para que nosotros pudiéramos incluso gozar de nuestro ocio. Y ahora se nos va, y les rendimos homenaje peleándonos por las cenizas del dictador, el pazo de meirás y otras lindeces.

Los muertos que habitan las cunetas, que los hay, esperan de nosotros algo más. Esperan que TODOS les reconozcamos sus hechos, su valentía. Mientras no lo hagamos TODOS esto solamente servirá para calma de unos y desaliento de otros. Y mientras tanto una Generación se nos va.

Salud y buenos alimentos.

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