Fragmentos del árbol de la vida

De repente las 'bicis' se paran, aunque el mundo no deja de rodar entre la esperanza y el miedo.

Alguien me dijo hace muchos años que guardáramos esa fuerza que tenemos dentro para luchar contra las adversidades y no contra las personas. Así que reservara un espacio en nuestras vidas para quien necesite entrar en ella, llenando siempre de esperanzas. Es difícil porque nadie y menos en estos dos últimos meses tiene un manual de la vida, simplemente ese libro que cada día lo escribe cada uno en nuestras mentes anotando fórmulas para sobrevivir.

Durante los primeros días del mes de abril, después semana, alguien dijo que nuestro mundo y nuestra forma de vida cambiaria.

¿Entonces en qué momento habremos decidido alejarnos de nosotros mismos?

¿Entonces en qué momento nos habremos quedado ciegos?

Estos días leí: «Existen muchos más motivos por los que sonreír cada día que por los que lamentarse».

Esto no son tan solo frases, son formas de pensar, y así es como uno empieza a cambiar el mundo, nuestro mundo.

Decía que debemos demostrar que la inteligencia vive de esos sueños, de los que te hacen avanzar hacia adelante y a lo que algún día te dijeron que no podrías hacer. Que recordara que cuando sus teorías pesimistas se lavan la cara, sólo dejan un puñado de miedo entre las manos.

La vida, por la que ahora mismo estamos luchando con cada brazada. Brazadas con las que llena la boca de agua salada y con las que se me enrojecen los ojos dentro de un mar inmenso.

Ojos que, tantas otras veces, han enrojecido de tanto llorar.

Deseamos un lugar justo, un lugar donde los sueños, también puedan hacerse realidad sin necesidad de ahogarse en el camino hacia un desconocido futuro.

Porque al final la vida vale la pena.… en lugar de miedo, sueños.

Fragmentos del árbol de la vida