

El frio y la lluvia fueron protagonistas de la última capea celebrada ayer, con motivo de los carnavales trujillanos. Este hecho hizo que hubiese menos público de lo esperado. Eso si, no faltaron valientes que desafiaron ese mal tiempo con pases y recortes a los animales. Se lidiaron vacas de la ganadería de Arriazu y de Partido de Resina y un toro de Macua Corera. Como no, decenas de personas no se quisieron perder los encierros, tanto de subida como de bajada y se reunieron a lo largo del recorrido. Todo transcurrió con normalidad y sin incidentes,según fuentes municipales.
Ya, por la mañana, se celebró un encierro con mansos. «Los niños nunca fallan», señalaron fuentes de la organización en sus redes sociales.
Los festejos taurinos de los carnavales terminan tras tres días intensos y cuatro capeas. Como resultado de estos festejos, hay que lamentar dos heridos de consideración. Uno de ellos fue en el festejo nocturno del pasado viernes. Un hombre tuvo que recibir puntos de sutura, tras una importante herida en la cabeza. La otra persona herida se debió a la fuerte cogida producida el pasado sábado, en la capea de por la tarde. La capea nocturna del sábado transcurrió sin incidentes graves. «Tuvo una buena aceptación y fue muy divertida», reconocen fuentes vecinales.
El carnaval trujillano terminará este martes, con el Entierro de la Sardina, que tendrá lugar a las 19.30 horas, en la plaza Mayor. Se degustarán 300 pestiños, 90 litros de chocolate y 70 kilos de sardinas, que se asarán en el momento.
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