«Vayamos de la mano. Si hay problemas, sentémonos porque nunca nos hemos negado a hablar con nadie. No demos una imagen exterior de confrontación en un proyecto de esta importancia». Ese es el mensaje que ha querido trasladar Rafael Benjumea, responsable de Diamond Foundry en España, tras la reunión mantenida ayer con la alcaldesa trujillana, Inés Rubio. El objetivo del encuentro fue tratar la instalación en el berrocal de las torretas que debe conducir el tendido eléctrico para abastecer a la fábrica de diamantes, tras la polémica generada por su impacto visual.
Rubio quiso dejar claro que el Ayuntamiento está llevando a cabo los trámites necesarios para evitar ese impacto. Lo hizo en la sesión plenaria celebrada previamente a esa reunión y lo afirmó tras el encuentro. En este sentido, apunta que se ha dado traslado a la Dirección General de Medio Ambiente de dos trazados alternativos para que sean analizados, siempre contando con la voluntad de la empresa promotora. Este trámite se hizo el 27 de octubre y ahora se está a la espera de ese análisis pormenorizado por parte de los técnicos. Una vez que se dé una respuesta, se continuará trabajando con el fin de minimizar ese impacto de parte del trazado previsto delante de la muralla, afirma. Según se señaló en este encuentro, afectan, sobre todo, dos torretas.
La alcaldesa matiza que, en marzo, se publicó la Declaración de Impacto Ambiental en el Diario Oficial de Extremadura de este proyecto, con todos los informes favorables y los análisis pertinentes. Señala además que ahora, aunque se tenga la voluntad de las administraciones y de la empresa, que hay que tener en cuenta otros factores vinculados al proyecto, como plazos, costes y posibilidades.
Por ello, la mandataria trujillana no descarta que las posibles soluciones no se puedan ejecutar a corto plazo, sino a medio o largo. A pesar de ello, prefiere no aventurarse y esperar lo que dice la Dirección General de Medio Ambiente. «En función del escenario que nos marque, valoraremos cuál es la solución más acertada». Rubio insiste además en que se debe poner en valor el equilibro necesario de seguir transformando Trujillo y el impacto visual del entorno, «que es innegable».
Rafael Benjumea explica que, por parte de la empresa Diamond Foundry, se quiere una fábrica que tenga un impacto positivo en la ciudad trujillana en todos los sentidos. «Nuestro último objetivo es hacer algo que pueda dañar a Trujillo». En esta línea, recuerda que cuando se ha tramitado el proyecto, se ha buscado, desde el principio, que sea lo mejor posible. De hecho, el recorrido elegido por ese tendido eléctrico «no ha sido caprichoso», teniendo en cuenta la opinión de muchos técnicos, tanto públicos como privados. Además, se ha utilizado un corredor de líneas ya existente.
Asimismo, remarca que se ha seguido todo el procedimiento de forma escrupulosa, analizando las distintas alternativas. Indica igualmente que ha habido un periodo de exposición pública del proyecto y se ha escuchado a todo el que ha querido opinar, analizando esas argumentaciones, buscando las mejores soluciones de la mano de las administraciones. Recuerda además que la empresa continúa salvando obstáculos importantes diariamente para que este proyecto sea una realidad en tiempo y forma.
Este responsable, igualmente, apunta que, por ahora, se va a esperar la respuesta de los técnicos regionales, para tomar una decisión sobre esas torretas que tienen un impacto visual en la muralla, tanto en los posibles cambios, como en los costes que se generen y qué entidad se podría hacer cargo de ello. No obstante, indica que la empresa es muy sensible con los tiempos, porque la fábrica tiene un calendario para comenzar a producir. Por ello, «si no se puede tener una solución en el muy corto plazo, desde luego la voluntad nuestra para trabajar por Trujillo en el medio y largo plazo es absoluta», resalta.
También pone de manifiesto la intención de que la fábrica de diamantes sea un «un polo de atracción industrial para otros proyectos». Además, avanza que se están viendo usos de los diamantes en industrias nuevas. Por todo ello, incide en estar integrados lo mejor posible, con el fin de favorecer la ciudad. Reitera igualmente la importancia de evitar las confrontaciones, ya que la empresa va a tener voluntad para ir de la mano.
Ya, en la sesión plenaria de ayer, la portavoz de Unidas por Trujillo, Ana Iglesias, preguntó sobre los avances realizados con la empresa sobre un posible soterramiento de esta línea eléctrica, además de solicitar una protección del berrocal.
Ante esta demanda, la alcaldesa afirmó que, desde la Administración «también se están poniendo pancartas, pero no en la calle, pancartas en los despachos oficiales con alternativas que no pongan en riesgo el proyecto». Hacía referencia a esos contactos con la Junta de Extremadura para ver recorridos alternativos.
Puso de manifiesto, además, que ese impacto no solo es visual, sino que también hay que ver otras posibles consecuencias, ya que algunas opciones pueden necesitar dinamitar la zona y el daño es mucho mayor. Por tanto, «lo primero que vamos a hacer es ser respetuoso siempre con el criterio técnico que nos marquen», indicó.
No obstante, Rubio hizo hincapié, en este Pleno, a que la sensibilidad por el entorno de Trujillo es de todos y no solo de las personas que se constituyen en plataforma. Asimismo, pidió que se haga una lectura comprensiva de la declaración de impacto ambiental para que se entienda cuál es la situación. También resaltó que el trazado ocupa determinadas parcelas privadas y algunas de esas personas han recibido ya las indemnizaciones, sin que hicieran alegaciones en su momento.
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