Ya está ejecutado el 60 por ciento de la recuperación del tramo de muralla de caído en 2020

Las obras de recuperación y consolidación del paño sur de la muralla, caído en febrero de 2020 en la zona del espolón, van a buen ritmo. Los trabajos comenzaron en octubre de 2021 y ya se ha ejecutado un 60 por ciento del proyecto. Así lo destaca el director de ejecución y coordinador de seguridad, Felipe Toribio, que, junto al resto del equipo técnico, están haciendo un seguimiento casi a diario. «Creo que se están viendo los resultados», apostilla. Si todo marcha bien, en abril estarán terminados los trabajos.

Este responsable técnico recuerda que, debido a las filtraciones de agua, se cayeron 78 metros cuadrados de la muralla. Después, se ha tenido que desmontar otros 13 metros cuadrados, tanto a la derecha, como a la izquierda, debido a que estaban despegados del núcleo central y se podían derrumbar con facilidad. Hecho ese trabajo, se procedió a limpiar y asegurar la zona. Asimismo, se llevó a cabo una clasificación de las piedras caídas por tamaños y tipo, ya que la intención es hacer la reconstrucción con el mismo material.

Ese montaje se inició a un metro del suelo, que es hasta donde se cayó. Ahora, se está trabajando a unos seis metros de altura, de los 12 en total que tiene la muralla. Para ello, se han ido colocando las piedras, buscando que, hacia el exterior, quede la cara con la pátina de la antigüedad reflejado en el musgo seco. Asimismo, se intenta, dentro de las posibilidades, que quede más o menos uniforme. De hecho, uno de los operarios reconoce que se trata de un trabajo muy laborioso, ya que es algo muy artesanal. Para poder subir y manejar piedras de hasta 1.000 kilos, cuentan con una maquinaria especializada.

La parte interior de la muralla se está haciendo con argamasa, con pequeñas piedras de relleno y cal hidráulica. Asimismo, se están poniendo contrafuertes o enjarjes con mampostería, «para tramar el lienzo de atrás con el de delante», explica Felipe Toribio. Con el fin de que quede todo bien consolidado, en los lugares donde se ven oquedades o agujeros, se están haciendo inyecciones de cal hidráulica.

La intervención, además, está rodeada con una banda de plomo perimetral muy fina que diferencia la zona que se está restaurando ahora. «Es una marca con la que se queda constancia en donde se ha intervenido», explica Toribio. Asimismo, se van dejar unos 25 mechinales para facilitar la anidación de aves como cernícalos primilla, vencejos y grajillas. Para cada una de esas especies, deben tener una serie de dimensiones.

Una vez recuperado el muro, se llevará a cabo la reconstrucción del paseo de ronda, que está situado a una altura de unos nueve o diez metros. Seguidamente, se levantará un pequeño muro como protección de ese paseo de ronda. «Después de la obra, quedará 11 metros de alto», señala uno de los trabajadores.

Una de las curiosidades de esta ejecución es que ha sido necesario montar un andamiaje en las dos caras de la muralla. Concretamente, en la parte trasera, se ha situado un contra andamio, con sopandas o piezas alargadas verticales de madera para fijar esa zona. Las dos estructuras de este andamiaje, que dan mayor estabilidad, van unidas con unas vigas de celosía por la parte superior de la muralla. Toribio matiza que se ha revisado esa parte trasera del lienzo y no han aparecido ni grietas, ni fisuras.

Estas obras, promovidas por la Junta de Extremadura, están cofinanciadas con fondos europeos. La empresa adjudicataria es Salmer Cantería y Restauración. No obstante, los tres operarios que hay son de la ciudad trujillana. Asimismo, la subcontratación de otros servicios también se está haciendo con entidades locales, añade Toribio. Durante esta intervención, la zona del espolón, que solía ser muy visitada, se encuentra cortada al personal no autorizado.