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El equipo de gobierno afronta este año con diferentes retos y demandas que debería ir dando respuesta, según pase el tiempo. Quizá, el nuevo presupuesto municipal, que no debería tardar mucho en aprobarse, ayudará a dar solución a diferentes ideas ya planteadas. Más allá de los grandes proyectos, hay apuestas que vienen de legislaturas anteriores sin que se hayan solucionado. Este hecho ha provocado que haya, desde hace tiempo, edificios municipales cerrados y sin utilizar, con su correspondiente deterioro.
Quizá, el mayor exponente de ello es el inmueble sin acabar que hay frente al centro de salud, entre la calle Emilio Martínez, plaza del Molinillo y calle María Escobar. Los diferentes dirigentes políticos han proyectado, durante los últimos años, diferentes usos para el inmueble. Sin embargo, por unas u otras razones, ningún proyecto, al final, se ha puesto en marcha.
Ya, en 2005, se dieron los pasos para la primera construcción prevista. El PSOE aprobó en julio de ese año el proyecto para la realización de un mercado de abasto en esta zona. Para ello, se contaba con un solar de 560 metros cuadrados. La idea era contar con un espacio para 22 puestos. Las obras del edificio se desarrollaron principalmente en 2007 y contó con, al menos, una ayuda de la Junta de Extremadura. Al final, la edificación no se llegó a terminar, aunque la estructura permanece. En ese momento, la idea también era trasladar el mercadillo de los jueves a esta zona del municipio.
Con la llegada del PP al Gobierno municipal se cambió de proyecto. En 2015, se anunció la puesta en marcha en este inmueble sin terminar un centro de formación para la hostelería y la gastronomía, llamado i-Gastrolab. La intención era invertir unos 300.000 euros en una primera fase para hacer obras de adaptación del edificio, con la construcción de diferentes aulas.
Ese dinero provenía del convenio de colaboración entre la Junta de Extremadura y la entidad financiera Liberbank, con el fin de impulsar acciones económicas y sociales. En 2016, tras superar diferentes fases, comenzaron las primeras obras para ese proyecto, con la demolición de tabiques interiores. Generó una gran expectación, pero al final, no llegó a buen término.
Con la entrada de nuevo del PSOE en el Gobierno en 2019, se desechó la construcción de ese centro de formación para la hostelería y la gastronomía, ya que se consideraba inviable. Al final, en 2021, se volvió a firmar un acuerdo con la entidad financiera para rescatar parte de la subvención concedida y redefinir los proyectos. La intención fue destinar 150.000 euros a la piscina climatizada y, además, crear un centro de habilidades e innovación en el polémico inmueble. De este modo, se podría convertir así en un centro multiusos, al menos su parte de arriba.
Al final, este proyecto tampoco se ha terminado de ejecutar. Por tanto, ahora, el nuevo equipo de gobierno deberá decidir qué se hace con estas instalaciones que, con el paso de los años, siguen sin utilizarse.
No es el único edificio que se mantiene cerrado desde hace unos años. Otro ejemplo es el centro de acogida, conocido como centro de transeúntes. Desde que se inició la pandemia, se decidió que se cerrara y así se mantiene hasta la actualidad. Aunque las instalaciones son municipales, Cáritas Trujillo siempre ha participado en su gestión, a través de voluntarios. De hecho, desde esta entidad religiosa se ha reivindicado su nueva apertura en más de una ocasión, para evitar que personas puedan dormir en la calle. El PP, ahora en el Gobierno, también ha manifestado su intención de volverlo a abrir. No obstante, antes de ello, estas dependencias necesitan una puesta a punto, con diferentes mejoras. Una de ellas es la eliminación de humedades. No obstante, por ahora, sigue cerrado.
Este edificio está formado por cinco habitaciones, un gran salón y una cocina, entre otras salas. En 2019, este centro tuvo 148 usuarios, en su mayoría hombres, procedentes de muy diversos lugares. Si se mantiene la fórmula de la gestión anterior, Cáritas necesitará voluntarios para la atención de esos transeúntes.
Otros de los edificios cerrados es la antigua sede de la Seguridad Social. En estas instalaciones, se quieren terminar las obras que se iniciaron con una escuela taller para ubicar las oficinas de Servicios Sociales. Esta medida se quiere ejecutar con el plan Activa 2024 de la Diputación de Cáceres.
El Consistorio también deberá decidir qué hacer con la zona del bar del Mercado Regional de Ganados. Este lugar se cerró para llevar a cabo una importante reforma para que se vuelva a convertir en un centro de encuentro del mundo ganadero. Ya, la alcaldesa, Inés Rubio, afirmó en el pleno de diciembre que se llevaron a cabo esas obras sin ningún expediente. Ante esta situación, esas mejoras están paradas. Dentro de estas instalaciones del Mercado Regional también se llevaron a cabo obras para la puesta en marcha de un laboratorio agroindustrial. Para ello contó con ayudas de la Diputación de Cáceres y de la Junta de Extremadura, además de aportaciones privadas. Ahora, también habrá que decidir si se pone en marcha y si es así, cómo va a ser su funcionamiento.
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