
Abundó, sobre todo, perros de muy diferentes tamaños. No obstante, también hubo otros animales, como algún pez, alguna ave y unos cuantos caballos, entre otros ejemplares. Fueron los principales protagonistas de la actividad celebrada ayer y que dieron un ambiente especial a la plaza Mayor, en una jornada soleada. Se trató de la celebración de San Antón, patrón de los animales.
Tras la misa de doce, se celebró una procesión con la imagen del patrón, que fue portada por menores, desde la iglesia de San Francisco, hasta la plaza Mayor. Una vez ya a los pies de la estatua ecuestre de Francisco Pizarro y tras la protocolaria oración, el sacerdote José Conde procedió a la bendición, uno por uno, de los animales participantes. Para ello, se formó una larga cola. Seguidamente, se entregó un pequeño bollo de pan.
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