El concejal de Obras recuerda que la empresa debe cumplir unos plazos en Herreros y San Francisco

El concejal de Obras, Raúl Gómez, entiende la defensa que hacen de sus negocios los empresarios, con motivo de la reforma en la calle Herreros y plazuela de San Francisco. Igualmente, aclara que, desde el Ayuntamiento, todas las obras que se ejecutan desde su delegación tratan de estar en sintonía con las necesidades del entorno y de hacer el mínimo daño posible.

Teniendo en cuenta este aspecto, recuerda que la empresa constructora debe cumplir unos plazos por contrato. «Nosotros no nos podemos meter porque no depende de nosotros, sino de la Diputación». En un principio, debía terminar tanto estas actuaciones, como las mejoras de la calle Margarita de Iturralde y Clodoaldo Naranjo antes de final de año. Por ello, la idea de la entidad era acometer las cuatro calles a la vez para cumplir esos plazos. Sin embargo, el Consistorio se opuso.

Gómez apunta asimismo que se solicitó que, cuando se levantase la calle, se dejasen las aceras para dar mejor acceso a los vecinos y empresas. Este hecho ha provocado una reducción del rendimiento de la constructora. Una vez que la zona central tuviese una superficie estable, se ha quitado ese acerado.

El edil insiste, además, que lo que le preocupa es la seguridad de los ciudadanos. Si la empresa constructora puede garantizar la seguridad para que se pueda cruzar la calle, «bienvenida». Si no se puede garantizar, el Ayuntamiento no se puede comprometer a tener ese acceso demandado. Insiste en que es responsabilidad de la empresa. Considera que todavía queda un mes de trabajo, siempre que las condiciones climatológicas lo permitan.