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Ismael Fentes
Reflexiones desde la ventana

Combatamos el calor de forma sostenible

«Nuestras vidas dependen de la naturaleza y poco a poco nosotros mismo estamos acabando con ellas»

Ismael fuentes

Lunes, 29 de junio 2020, 08:24

Quizás muchas personas no conozcan el término de «Isla de calor» pero haciendo un breve resumen conceptual del mismo se refiere a la capacidad que tiene una ciudad durante el día de poder disipar el calor por las corrientes de convección, mientras que en las horas nocturnas no se produce esa disipación, extremando las temperaturas en verano e invierno. Los edificios, calles asfaltadas…absorben mucho calor en las horas del día lo que les resulta complicado eliminar por las noches debido a que las corrientes cesan y se crea una capa estable haciendo que el calor se quede atrapado. Si esto lo comparamos con las zonas de su entorno (campo o periferia) podremos ver como la tempera en estas zonas libres de esos elementos en mucho menor (hagan la prueba).

Cada año que va pasando nos encontramos con inviernos menos fríos y lluviosos pasando por veranos cada vez más secos y cálidos (con temperaturas que superan los 35 ºC incluso batiendo récords de 45 ºC), cada vez son más aquellos núcleos de población que prefieren el asfalto o pavimentación de sus calles periféricas, eliminan más árboles de sus calles, en definitiva, se está modificando el mundo «urbano-rural». El consumo de energía, la superpoblación, los coches…favorecen y aceleran este fenómeno.

Cuantos no hemos sufrido una tarde de pleno mes de agosto, tener que salir a comprar e ir andando por aquella calle que hacía 5 o 10 años atrás lucía una lustrosa sombra casi cerrada por ese arbolado prácticamente centenario y que a día de hoy «sin saber por qué» encontramos una calle casi desprovista de vegetación y rodeada de paredes de granito u hormigón asentadas sobre un firme de asfalto y acerado.

Todo va cambiando con los años «para bien o para mal» el ser humano tiene la capacidad de poder «hacer y deshacer» a su propio gusto el sistema natural…o eso cree «el» …

Las noticias que se mueven entorno al mundo natural y sus factores de riesgo y efectos devastadores, por los medios de comunicación, son escasas, de intereses y con muchos factores de por medio que ahora mismo no me apetece contar y creo que muchos de los que estén leyendo estas líneas sabrán a lo que me refiero.

Estamos en Extremadura que su propia palabra dice mucho sobre el clima, pero lo que no entiendo como puede estar una zona «urbano-rural» sin vegetación o casi sin ella. Si entiendo la inversión que supone a la administración local la compra y mantenimiento de las zonas verdes, pero no será mejor hacer una inversión la cual en un futuro cercano ¿el mantenimiento sea viable, productivo y a la vez saludable?.

«Isla de calor», «Dendrogeomorfología», «Viverismo» … palabras asociadas todas ellas a un fin común…el estado de bienestar, cómodo, saludable, estable, viable, productivo y por supuesto con un impacto visual agradable.

Un conocido experto en viverismo hace años me dijo: «el arbolado hay que adaptarlo a las necesidades y condicionantes donde se vaya a instalar, no podemos adaptar la ciudad o pueblo al arbolado». Pongamos un ejemplo claro, tenemos una avenida en la que por «h» o por «b» el suelo es poco profundo (con una buena capa ya por desgracia de hormigón) con acerados pequeños y a su vez las fachadas de las viviendas muy próxima a esos alcorques donde se instalarán los árboles. De que nos vale plantar un árbol muy alto y con una copa muy ancha y densa…si algún día habrá que quitarle por que ha dado ya con el tendido eléctrico, ha levantado un tejado o incluso el acerado con problemas en el saneamiento…

No será más fácil plantar unos árboles de porte pequeño (para el ejemplo anterior) que den sombra y realizarlos el mantenimiento específico para esa especie en concreto sin tener que eliminarlos o lo que es peor y cada vez más vemos en nuestros municipios que son esas podas «brutrales» «descamochando» el árbol. Aquí entra otro factor en juego y es que: una herida pequeña se cura con facilidad mientras que una herida muy grande, provoca enfermedades e incluso la muerte. Por eso es esencial la labor que se realice desde las administraciones locales, el mantenimiento y el buen hacer es fundamental.

Volviendo a lo que en principio definíamos con la palabra de «Isla de calor», todos los municipios deberían de estar dotados como ocurre en muchos otros lugares de la geografía europea, de zonas verdes provistas con árboles. Con esta acción reduciremos entre 3ºC y 5 º C la temperatura de la ciudad o pueblo, haciendo agradable los paseos turísticos, paseos de las personas mayores y niños y además ayudaremos a reducir niveles de CO2 de la atmosfera, favoreciendo y ayudando al tan famoso y poco tratado con muchos intereses de por medio «Cambio Climático».

Nuestras vidas dependen de la naturaleza y poco a poco nosotros mismo estamos acabando con ellas.

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