El colegio Sagrado Corazón de Jesús desarrolla un huerto vertical
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El proyecto escolar nace a raíz de las limitaciones marcadas por la crisis sanitariaHabía que pensar en un proyecto educativo al aire libre, sin que pudiesen participar las familias como en otras ocasiones. Además, tenía que ser común, pero que cada alumno fuese responsable de sus propias cosas, sin necesidad de juntarse y sin demasiados materiales. Además, se tenía que adaptar a las condiciones del centro. Con estos condicionantes marcados por la crisis sanitaria, el alumnado de Infantil y de primero y segundo de Primaria del colegio Sagrado Corazón de Jesús ha puesto en marcha su 'huerto vertical'.
Para su elaboración, han reutilizado botellas de plástico para poder echar la tierra e ir plantando, principalmente, verduras de todo tipo. Estos pequeños huertos están colgados a diferentes alturas en las paredes del patio, ya que no se dispone de espacio adecuado para contar con estos cultivos. «Estamos sorprendidos con el resultado», explica la coordinadora del ciclo de Educación Infantil, Ana Muñoz, quien resalta la implicación tanto de estudiantes, como de los docentes.
Uno de los objetivos de esta iniciativa es fomentar la alimentación sana. Además, los menores están aprendiendo de dónde salen determinados alimentos que sus mayores compran en los supermercados. «También exploran y disfrutan de los pequeños regalos que nos otorga la naturaleza», apunta la docente. A partir de ahí, están muy concienciados con cada una de las tareas que tienen que hacer. Igualmente, pueden observar los resultados de su trabajo.

El proceso ha comenzado con los cultivos de invierno. De hecho, ya pueden ver desde sus aulas sus lechugas y coliflores, entre otros productos. «La brócoli tarda más en salir». Cada clase ha puesto un tipo de planta. Más adelante, llegarán los cultivos de primavera y, por último de verano, que serán plantas ornamentales para que los menores se las puedan llevar a sus casas.
Otras competencias
Con esta iniciativa, los docentes no solo están trabajando, tanto dentro como fuera de las aulas, ese cuidado de los cultivos, así como los pasos que se tienen que dar en cada momento con las oportunas herramientas. También se aprovecha esta labor para trabajar otras competencias y conocimientos, como las estaciones del año, el ahorro del agua, la mejora de la comunicación lingüística y la adquisición de valores. Igualmente, se ven conceptos de matemáticas, tales como la organización espacial, clasificación, seriación y agrupación, entre otros.
Los buenos resultados podrían hacer que este proyecto, que nació marcado por la pandemia, perdurara en el tiempo en los próximos cursos. Antes de ello, los docentes harán un análisis más exhaustivo de su desarrollo para pulir fallos y aportar mejoras.
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