Cochinillos

Según entras en el bar cañas de Santa Ana, a mano izquierda te encuentras, un precioso horno de leña como una casita de algún cuento de hadas, se eleva como un palafito sobre el patio del bar. Dicen que allí y delante de todos los clientes, se laboran de los mejores cochinillos de Extremadura.

Pepe, con su chaqueta blanca, impecable, somete en el horno, a unos de los más ricos manjares extremeños. La fama va creciendo y cada día se van apuntando más y más clientes; Pepe me dice que, si esto sigue así, piensa ampliar el negocio poniendo otra casita más, como en línea de apartamentos, sobre un mar de nuestra tierra, de este patio cubierto de toldos y mesas.

No estamos solos, la vida continua: ¡danos otra ronda de cañas, Pepe!