El centro de transeúntes volverá a abrir sus puertas el día 1 de abril
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La intención es que vuelva a contar con una gestión conjunta entre Ayuntamiento y Cáritasservicio ·
La intención es que vuelva a contar con una gestión conjunta entre Ayuntamiento y CáritasYa tiene fecha. El centro municipal de transeúntes, que lleva cerrado desde que se inició la pandemia, volverá a abrir sus puertas el 1 de abril, recuperando así este servicio. Lo avanza la concejala de Bienestar Social, Marisa Fernández, tras las conversaciones mantenidas con responsables de Cáritas Trujillo. La edil señala que la intención es que la gestión vuelva a ser conjunta, entre el Ayuntamiento y la entidad religiosa. Antes de esta apertura, operarios municipales están llevando a cabo algunas mejoras en las instalaciones.
Tomada ya la decisión, ahora, las personas responsables deben analizar cómo se aplicará el protocolo covid a los transeúntes. Fernández sostiene que si hubiera algún positivo de coronavirus, se le podría aislar en la casa de acogida que hay junto al centro.
Ya, ayer, responsables de Cáritas tuvieron una reunión para, entre otros puntos, hablar de este asunto. Si no hay cambios y se respeta lo que se hacía antes de la pandemia, el centro se abrirá unas horas por la mañana con personal municipal. Después, a partir de las siete de la tarde y hasta las diez de la noche, de lunes a viernes, se harán cargo voluntarios de Cáritas. Los transeúntes que accedan a este centro podrán contar con la comida, si se llega a tiempo. Ya, por la tarde, se ofrecerá el aseo personal, una cena y cama. Asimismo, se entregará un billete de autobús para que puedan proseguir su camino. Los fines de semana y días de fiesta lo deberá atender personal municipal. En un principio, este centro va a tener capacidad para tres o cuatro personas por día. En 2019, contó con 148 usuarios, en su mayoría hombres, procedentes de muy diversos lugares.
Con el centro cerrado, hasta ahora, desde el Ayuntamiento se ofrece un bocadillo. Asimismo, se compra un billete de autobús, que se tiene que hacer directamente con los conductores, ya que las ventanillas de la estación de autobuses están cerradas y no sirven posibles vales.
Marisa Fernández apunta que, en un principio, se había pensado ofrecer estas instalaciones para posibles familias refugiadas procedentes de Ucrania que pudieran llegar a la ciudad trujillana. Sin embargo, a no ser que sea una necesidad, se va a recuperar su uso habitual.
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