Las centenarias vidrieras de San Martín, dañadas por el viento

Doña Agustina Sendre hizo el donativo de los cristales para la iglesia de San Martín en el año 1908'. Así reza en una de las pequeñas vidrieras, situada en la capilla del Cristo de la Salud de este templo. Después de más cien años de historia, el fuerte viento del pasado lunes ha dañado la mayoría de esos cristaleras de grandes dimensiones y con llamativas representaciones bíblicas.

Según explica el párroco, Eugenio Albalate, la causa del incidente se debió, principalmente, a una fuerte corriente de viento, sobre las cinco de la tarde, cuando se estaba celebrando un entierro. Una de las más afectadas es la que está frente al Palacio de los Duques de San Carlos. Tenía la imagen del Corazón de Jesús. Sin embargo, ha desaparecido, sobre todo, la parte de arriba. La rotura se produjo hacia el exterior. Por tanto, se podrían encontrar trozos en el tejado de la sacristía, que está justo por debajo. En ese caso, habría que ver si podrían servir para su reconstrucción, señala el sacerdote. También se ha deteriorado una parte de la vidriera de Santa Teresa. Otras han sufrido daños menores, indica el párroco.

Ahora, se está a la espera de hacer una valoración de los daños causados. De hecho, expertos revisarán hoy esas vidrieras. Este sacerdote sostiene, asimismo, que será necesario instalar cristales de protección para evitar incidentes climatológicos, así como la entrada de pequeños animales. Detalla que esta situación se ha puesto en conocimiento del Obispado de Plasencia para ver si lo puede cubrir el seguro.

Hasta que no se revisen esas cristaleras, se ha decidido cerrar al culto esta iglesia, situada en la plaza Mayor, para evitar cualquier tipo de problema. No obstante, se mantiene abierta al turismo, ya que los visitantes pueden acceder por el centro del templo, así como a su museo, sin ningún peligro, añade Albalate al respecto.

Otros daños

No son los únicos daños que ha habido en las iglesias de la ciudad. Producto de esa lluvia y ese viento del pasado lunes, se han movido las tejas de una parte importante del tejado de la iglesia de Santa María. «Hay que poner casi toda la teja nueva, porque muchas de ellas que están golpeadas y revueltas», apunta Eugenio Albalate. Este hecho supondrá, al menos, cuatro o cinco jornadas de trabajo, una vez que pasen los días de lluvia y viento. El párroco matiza que ahora mismo no se puede subir para el arreglo.

Además, el tejado de la iglesia de Santiago ha sufrido algunos desperfectos. Sin embargo, el párroco reconoce que ya estaba en malas condiciones. Por ello, necesita un arreglo, «cuando se pueda», añade.