

Laura Casado Porras
Viernes, 2 de julio 2021, 09:31
Al ser arrojados al mundo, nos encontramos atrapados dentro de una construcción social y política que lleva establecida siglos y en la cual cabe poco margen para la libertad del individuo en según qué parcelas. El solo hecho de nacer implica una serie de obligaciones inalienables, una de ellas es crucial para que cualquier persona pueda evolucionar y para que su vida pueda llegar a buen puerto, que será nuestro fin más excelso. Hablamos del trabajo como medio para alcanzar una vida íntegra. Una vida sin trabajo, a menos de que las condiciones económicas te sean favorables solo por el hecho de nacer, conlleva una de las preocupaciones más acuciantes para la mayoría de la población. No es sencillo resolver tal problemática dentro de una sociedad cambiante, formada por millones de habitantes y de recursos limitados.
Al menos para mí, cualquier persona que luche por mejorar sus condiciones laborales y por ende personales, dentro de la vorágine paupérrima sociopolítica actual merece todos mis respetos, y si a la vez con su trabajo fomenta una mejora para las condiciones de sus semejantes (recordemos que todos somos uno), entonces, además tiene toda mi admiración y merece ser llamado héroe. Toda persona que construye un mundo mejor para la humanidad lo es en cierta manera. Como decía, no es una labor fácil encontrar tu lugar dentro del mundo laboral, no cualquier puesto de trabajo puede resultar ser gratificante o estar remunerado como la ley lo exige. En fin, este es un tema demasiado extenso y complejo como para poderlo debatir aquí. Pero, aunque sucintamente, lo traigo porque todas las personas sabemos o la mayoría de la población mundial, de las perturbaciones emocionales que acarrea el no encontrar tu sitio en el mercado laboral, por no hablar de las angustias económicas. Creo que solo un porcentaje ínfimo de la población se halla alejado de estas dos alteraciones vitales y que son cruciales para alcanzar la felicidad. Desde aquí, aprovecho la ocasión, para enviar toda la fuerza y el ánimo a aquellas personas que se encuentran buscando trabajo y se topan con la injusta realidad.
Actualmente, me encuentro en la tesitura de tener que encontrar un puesto de trabajo para poder seguir evolucionando y pagando las facturas, que con tan poca gracia se siguen inflando. Debido a mi condición de demandante de empleo y cansada de los procedimientos habituales de búsqueda, a continuación esbozaré unas líneas aclarativas para cualquier persona o empresa que tenga algún interés en contratar mis servicios laborales. Espero y confío en dar con una persona o empresa que tengan sentido de la justicia y del bien, educada la sensibilidad y respeto magnánimo para la humanidad y el medio ambiente.
CARTA PARA MI FUTURO/A EMPLEADOR/A:
Estimada/o futuro/a contratante:
Me dirijo a usted desde el respeto y con la ilusión que conlleva comenzar una nueva etapa en la vida; la búsqueda de trabajo la afronto desde la profunda esperanza de poder desarrollar mis capacidades laborales, creativas y personales en mi futuro puesto de trabajo, así como la construcción, desde las raíces éticas, de una sociedad más justa para todos. Trabajar es un derecho y a la vez una necesidad intrínseca para el despliegue de las facultades de los seres humanos.
En el historial de mi vida laboral nunca he encontrado un trabajo que cubra mis necesidades vocacionales al 100% ni mis mayores cualidades, pero aun así todos, de alguna manera, han sido enriquecedores. Cada uno de los trabajos ejercidos me han enseñado a tratar con el público y he aprendido la importancia de la óptima comunicación para con el cliente presente y futuro, las estratagemas necesarias para llegar a ser un buen vendedor y las claves para solucionar cualquier problemática inesperada, de ellos he aprendido a ser resolutiva y eficiente en mi hacer.
De naturaleza curiosa, analítica, artística y humanista, me adelanto a las necesidades venideras, llegando a tener un manejo importante en el dominio de las ideas, lo que conlleva a producir una influencia más que notable en diferentes áreas y personas. Tengo un sentido agudo del compañerismo y empatizo con todas las personas y situaciones. De facultad camaleónica, me adapto a todos los medios, llegando a producir la transformación de los estratos más necesarios para la productividad empresarial y personal.
Una de mis pasiones es aprender. En la vida nunca dejamos de hacerlo, como tampoco dejamos de evolucionar siempre que el conocimiento y la experiencia también lo hagan. Si debe buscarme, hágalo en una biblioteca, seguro que me encuentra. Soy mitad cervantina mitad nietzscheana y orteguiana. De la gracia de haber nacido en un hogar en donde la lectura era una necesidad trascendental hállese la peculiaridad de mi personalidad y la libertad de mi verbo y de mi vida. De la gracia de haber nacido en un hogar en donde la música silenciaba a la televisión, todos los días, hállese mi singularidad y mi indiferencia hacia lo gregario y lo insustancial. De la música aprendí que el silencio y el sonido se necesitan y que el uno sin el otro nunca progresaría, como en una empresa sin el compañerismo y la solidaridad laboral. La Mer de Debussy suena en estos momentos en mi pick up, para que usted estime lo enérgico y extenso que llega a ser mi marco conceptual y vital. Cinco minutos antes, sonó Gentle on my mind de Dylan LeBlanc.
Otra de mis pasiones es el arte; suelo perderme por los museos europeos y contemplar la belleza que se establece en el instante de la revelación o iluminación entre el artista y el observador. Afición que ha educado a mis ojos y ha perfeccionado el sentido estético que tan arraigado se encuentra en mí. Nula aesthetica sine ética, enunciado que explica magistralmente la relación de una para con la otra, y que guía a mis velas. Soy una esteta. Platón decía que la belleza es el esplendor de la verdad. Si ha de buscarme, me encontrará observando la Eva de Durero, o quizás Palas y el centauro de Botticelli, pero sin riesgo a equivocarse seguro que me halla absorta contemplando Filósofo meditando de Rembrandt. El arte me ha dado las herramientas necesarias para interpretar el mundo circundante. Y alas. Al arte le debo mucho. Como al cine y a Ingmar Bergman.
De formación académica inacabada, porque aún queda mucho por hacer, soy diseñadora de moda, formación que he complementado con un Máster en Asesoría de imagen y estilismo de medios, y con cursos de escaparatismo designer, y de visual merchandising de escaparates e interiores comerciales, así como de dinamizador del sector retail. Estudios que han perfilado mi sentido estético y creativo. Nada hay que más me entusiasme que crear algo desde la nada; un vestido, una fotografía, una canción, un poema, una idea o una esperanza. También soy graduada en Filosofía, con un Máster en investigación, estudios que han agudizado mi olfato crítico, mi sentido analítico y mi deber para con la humanidad y para con el mundo.
Como decía con anterioridad, mi afición al conocimiento y al buen hacer me ha llevado a realizar numerosos cursos de temáticas diferentes: desde los clásicos y necesarios de ofimática, autocad y retoque digital, a cursos de temáticas culturales como animación a la lectura, diseños de proyectos sociales y culturales, dinamizador cultural, curso sobre la importancia de las mujeres en la historia literaria y, también, curso para la sensibilización en igualdad de oportunidades, clave en estos tiempos. Mi amor hacia el medio ambiente y mi preocupación me ha llevado a cursar cursos de ecoturismo, cuidador de caballos y gestión de residuos; y como todo es mente, y sin ésta no seríamos las personas que somos ni hubiésemos podido evolucionar como especie sin ella, también he cursado cursos de laboratorio cuerpo-mente, teatro terapéutico, psicología política y comunicación, entre otros. La cocina es también un arte que me apasiona y cuento con un curso de procesador de catering. Hace años, tuve la suerte de conseguir una Erasmus for Young Entrepreneurs y perderme en Florencia unos meses que me empaparon de Renacimiento, Ilustración y arte. Llegando a «conocer» de primera mano a Brunelleschi, a Lorenzo el magnífico o a Simonetta Vespucci, entre otros. Creo que varias noches me crucé con Dante por la vía cruceta, y con Petrarca…
El teatro es un medio de divulgación y educación social necesario, yo he tenido la enorme suerte de poder formarme como actriz en la escuela de teatro de Mérida durante seis años, y de realizar numerosos cursos dentro de la formación del festival de Teatro clásico, como alumna y como actriz, así como de haber participado en la segunda edición de la Escuela de Verano de las Artes escénicas de España. Mi afición y amor a la danza clásica y contemporánea me ha llevado a matricularme en escuelas de danzas. Así como en escuelas de canto. Otras de mis pasiones y aficiones es componer música con mi guitarra «Augusta» y escribir letras. Durante ocho años, he sido colaboradora de programas de radios, uno de mis medios de comunicación favorito; primero en canal Extremadura radio y después en RNE5. También he hecho publicidad.
Durante mi faceta laboral he descubierto que soy capaz de progresar en cualquier puesto de trabajo, en especial si me motiva y me permite desplegar las herramientas creativas de las que dispongo. Y, sobre todo, si me permite aprender y evolucionar en la vida. De la diversidad de mis estudios da razón la autenticidad que habita en mí, y el nunca haberme dejado arrastrar por cantos de sirenas pragmáticos que pudieran nublar mi devoción al amor fati. No puedo ni debo cambiar lo que nace en mi interior, y a ello debo fidelidad eterna.
No quisiera finalizar sin mencionar mi amor hacia la fotografía que llena tantas horas de mi vida, es un amor puro y liberador, ni mi amor a la astrofísica y a la astronomía náutica y mi enorme admiración a la ciencia, a Kepler, Galileo y a Newton. Pero sobre todo, mi amor a la humanidad, a los animales, a las plantas y a la vida en general. Mi debilidad primera y última es Venezia. Está usted advertido/a. Y mi debilidad segunda es la vida en el campo, experiencia que he podido realizar durante cuatro años esplendidos e inolvidables. Tengo absoluta disponibilidad para viajar a cualquier parte del mundo y ganas de hacerlo. Si usted, estimado/a lector/a es un ser sensible, una persona justa, educada y sabe valorar el esfuerzo, la exclusividad, la educación, la sensibilidad y la cultura no dude en ponerse en contacto conmigo. No se arrepentirá. Avanzaremos juntos/as. Construiremos algo único. Infinitas gracias.
Reciba un saludo sincero, lleno de afecto:
Atentamente:
Laura Casado Porras
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